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Oficio devaluado

El periodismo es el mejor oficio del mundo. La anterior es una de las frases más conocidas del destacado escritor y periodista Gabriel García Márquez y que muchos utilizaron para resaltar la labor de quienes se dedican a recabar y difundir información, ya sea por la radio, televisión o un periódico.  

Con el pasar de los años, muchas cosas han cambiado en el periodismo gracias a las nuevas tecnologías de información y comunicación (TICS), que han ayudado en cierta forma a “facilitar” la vida de las nuevas generaciones que han crecido con las nuevas herramientas disponibles.

Periodistas de la vieja escuela, aquellos que con los años han experimentado un sinfín de aventuras en este mágico mundo, cuentan que las cosas han cambiado con el tiempo. Ya no se usan, por ejemplo, las grandes reporteras o las pesadas filmadoras que llevaban los camarógrafos en sus hombros.

Y en efecto todo ha cambiado, para bien y para mal, según cuentan. Para bien, porque gracias a la tecnología mejoraron los equipos, se volvieron más sofisticados y se simplificaron a un solo dispositivo móvil, herramienta que ayuda a los periodistas.

Otro ejemplo es que ahora se puede sacar una fotografía, hacer un video y redactar una noticia periodística desde un teléfono inteligente; todo se ha simplificado en un solo aparato. La era de las nuevas tecnologías llegó para quedarse, pero, ¿a qué grado?

Ahí va lo negativo. Algunos recurren a las redes sociales para obtener información y así dejar de lado la cobertura diaria. Y ello no les permite acercarse a la realidad, algo que solo se puede cultivar en las calles. No se puede dudar que internet ayuda bastante en el trabajo, porque hay quienes cubren diversas áreas y no pueden estar en dos lugares al mismo tiempo. Pero hay aquellos que solo esperan a que les llegue el material y listo.

El periodismo es una pasión y las nuevas generaciones no deben caer en el conformismo y tomar en cuenta que las malas actitudes dañan la credibilidad de quienes están inmersos en este oficio y pueden ser replicadas, y hasta mal vistas por los colegas.

En las carreras de Comunicación Social, en particular de las universidades estatales, prima más la teoría que la práctica, cuando en realidad debería ocurrir todo lo contrario, más aún en el periodismo. Sin bien la teoría resulta fundamental para adquirir conocimientos, la práctica es igual de importante para poner en escena y reforzar lo aprendido en las aulas. Por último, no sobra recordar la importancia de impartir valores éticos para que mañana los nuevos profesionales puedan desenvolverse sin problemas en un campo laboral cada vez más competitivo.