Se sabe que las sociedades creativas son las que imponen paradigmas (no solo de vida, sino también de consumo), y que por tanto la liberación de todo pueblo pasa necesariamente por la soberanía cultural.

Pero para ello hace falta un pensamiento crítico entre los ciudadanos, que les ayude no solo a reproducir contenidos, sino también a cuestionar la realidad y los conocimientos adquiridos. Y a partir de allí, crear paradigmas de pensamiento propios; materia pendiente en el país, cuyo sistema de educación prioriza la formación de ciudadanos “productivos”, limitando el concepto de productividad a lo mensurable en dinero. Además, esta tendencia suele ser reforzada en los hogares, donde la ausencia de debates y el intercambio constructivo de opiniones no es una excepción, sino la regla.

De allí la importancia de promover desde todas las trincheras posibles el razonamiento verbal, junto a un pensamiento crítico, entre niños, jóvenes y adultos. Y qué mejor que hacerlo por medio de la lectura y posterior discusión de libros que se distinguen no solo por su contenido, sino también por su lenguaje y estructura estéticamente trabajados para su disfrute; textos literarios, críticos y especializados que podrán ser encontrados en la XXII Feria Internacional del Libro de La Paz inaugurada el martes, y que mantendrá abierta sus puertas hasta el domingo 13 de agosto.