Venezuela, ese país hermoso
Bolivia y Venezuela, y otros países latinoamericanos, no han entendido aún que patria se hace con todos.
Venezuela es un país bello. Además tiene riquezas inconmensurables en hidrocarburos, minería, agricultura, etc. pero, ¿por qué está tan mal? No se trata de un problema de izquierda o de derecha, es un problema de falta de sensatez en las decisiones públicas. En 1986 hubo el “Caracazo”, donde las clases desposeídas asaltaron viviendas particulares, mercados, etc. Era un gobierno de derecha. Hoy día se supone que el de Maduro es un gobierno de izquierda (lo que está en duda) y pasa algo similar.
En algunos países, entre los que se encuentran Venezuela y el nuestro, no hemos dado la importancia que requiere al desarrollo de las ideas. Peor aún: hemos discriminado a la mayoría nacional, a la cual no les hemos dado oportunidad de educarse, de tener buena salud, de tener buenos trabajos, de participar en las decisiones nacionales.
Venezuela y Bolivia son países muy parecidos, incluso teniendo en cuenta las montañas y las costas que nos hacen diferentes. En ambos el color de la piel es uno de los determinantes políticos; en Venezuela menos que aquí (el Mariscal Sucre era moreno), pero las oportunidades económicas durante mucho tiempo estaban más o menos veladas para los que tenían la piel más oscura.
El tema de fondo es muy grave: mientras haya mucha desigualdad y la mayoría nacional esté excluida, es imposible construir una nación. Bolivia y Venezuela, y otros países latinoamericanos, no han entendido aún que patria se hace con todos, y que esa noción de patria es fundamental para impulsar el desarrollo. No se trata de una patria de patrioteros o de nacionalistas, sino de una patria que incluya a todos, no solamente para distribuir el ingreso y las oportunidades educativas, laborales, etc., sino también los sacrificios que se requiere para generarlos.
Actualmente se transmite abundantemente en la televisión y en internet las manifestaciones contra el régimen de Maduro. Todas ellas en el barrio residencial de Altamira y de Chacao en Caracas, pero no se ve morenos, solo “blanquitos”, como diría Jaime Paz, solo “culitos blancos”. Además de los problemas reales que tiene Venezuela, la derecha inventa otros cuya racionalidad está sujeta a un examen psiquiátrico.
¿Estas observaciones significan que el gobierno de Maduro toma buenas decisiones a las que solo se oponen los “culitos blancos”? La verdad es que sería muy difícil defender ese punto de vista, pues las políticas aplicadas por el régimen chavista son generalmente irracionales. Todos los ciudadanos se preguntan cómo es posible que uno de los países más ricos en recursos naturales del mundo esté pasando por esas penurias.
La verdad es que el pueblo venezolano no está pasando todas las penurias que le indilga la propaganda derechista, pero también es verdad que el Gobierno parece no darse cuenta de lo que ocurre, se limita a indilgar a la derecha y al imperialismo sus propios errores. La oposición no está mejor ubicada. Por ejemplo, en un reciente foro que hubo en Caracas, propuso la dolarización de la economía, una medida que de adoptarse sería una locura completa. Es difícil sostener que la oposición venezolana tiene buenas ideas. Es el mismo desafío que tenemos en Bolivia.
Trump ha amenazado con una intervención militar a Venezuela. Gravísimo error, pues en toda América Latina cualquier intervención americana sería fuertemente resistida. ¿Será entonces que deberíamos admitir/tolerar que todo siga igual en Venezuela? No, es necesario reclamar por la vigencia de los derechos humanos, la racionalidad en la adopción de políticas económicas y el respeto al principio de no intervención extranjera.