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¿Y los alcaldes dónde están?

Columna Sindical 2

/ 17 de septiembre de 2017 / 03:37

Hace poco estuve por el norte de La Paz y busqué al alcalde de un municipio aurífero, porque me dijeron que él llegaba los jueves al pueblo, pero que el resto de la semana estaba en la sede de gobierno. Esperé en vano, la autoridad nunca arribó.

Algunos munícipes del departamento dirigen sus regiones desde la capital paceña y alteña, donde se encuentran cerca de los ministerios y algunas reparticiones internacionales con las que trabajan. Hasta ahí todo bien, pero no se puede entender que estén más tiempo en la ciudad que en sus municipios, donde las escuelas se están partiendo en dos, donde los servicios de salud municipal no existen sin citar que sus calles y avenidas están abandonadas. 

En La Paz, los alcaldes deben pagar alquileres por dos, tres, cuatro o toda una planta de un edificio. Usted cree que tienen sus oficinas en Alto Tacagua,  Pampahasi, La Portada o algún barrio de la periferia, bueno, no es así. El escaso presupuesto edil paga oficinas en el centro, cerca de El Prado en inmediaciones de la Pérez Velasco o a metros de la Ceja, donde el arrendamiento es caro.

En 2014, estuve por los valles paceños, busqué también al alcalde de un municipio, porque me dijeron que llegaba los miércoles, jamás se apareció. Me dirigí a ese sector paceño, porque una mazamorra había enterrado a tres casas, pero la máxima autoridad ni siquiera se había enterado del problema y después añadió lacónicamente. “Siempre pasa eso, no es la primera vez”.

Más de un alcalde ha sido denunciado por malos manejos y por no entregar sus informes económicos. Claro, más de uno también ha sido denunciado porque empezó a comprarse inmuebles en la ciudad. Ahora, misteriosamente el burgomaestre ya no vive en el pueblo, sino en un departamento de Miraflores, Sopocachi o Los Pinos.

Los alcaldes deben hacer gestiones en la ciudad, pero es inadmisible que apenas estén unas horas en su territorio, aquello abre la posibilidad a que no sean fiscalizados como debe ser. Por ello se debería impulsar una norma desde la Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia (FAM) para obligarlo a que por lo menos deban estar físicamente en sus regiones tres días de los cinco días de la semana y no horas.  

Alguien dirá, que los Controles Sociales fiscalizan a los alcaldes, exacto, para eso fueron creados, pero en algunos casos son afines a los munícipes y pocas veces ejercen la fiscalización.

Al final, el vecino paga las consecuencias, porque para abrir una tienda o pedir el arreglo de su calle deberá viajar horas a La Paz, para pedir una audiencia con su alcalde.

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Franco boliviano, 50 años de educación y amistad

El colegio nació en 1969 y “es la mejor muestra de respeto y amistad” entre Bolivia y Francia.

/ 9 de octubre de 2019 / 00:00

Entre 1830 y 1833, el naturalista francés Alcide d’Orbigny (1802-1857) exploró Bolivia y visitó las ruinas de Tiwanaku. Más de un siglo después, continúa su legado: un grupo de niños de primaria aprenden sobre la arqueología tiwanakota en el colegio Franco Boliviano Alcide d’Orbigny, que este mes cumple 50 años.

La dirección del liceo, como también se le llama, ha identificado 27 hitos desde la lejana visita del entonces presidente galo Charles de Gaulle a Bolivia en 1964, que llegó para consolidar las relaciones internacionales entre ambos países. El primero es el 5 de octubre de 1969, cuando se instaló el colegio Franco Boliviano en Obrajes, en un pequeño espacio dentro de la misma embajada. 50 años después, 1.040 estudiantes aprenden de las dos culturas en el moderno edificio construido en los años 1980 sobre 5,5 hectáreas en Achumani. Por eso el consejero de Cooperación y Acción Cultural de la Embajada de Francia, Patrick Riba, reafirma que la trascendencia de este centro va más allá.

“El colegio Franco Boliviano es mejor que cualquier declaración política, porque es la muestra de la amistad entre nuestros dos países y es un puente de respeto mutuo entre Bolivia y Francia”, resume el diplomático para quien los niños y los jóvenes que se forman en este establecimiento descubren la cultura y el idioma francés, pero además aprenden de las culturas bolivianas. “Ese es su gran legado”.

Desde la dirección general, la francesa Françoise Canetos, una educadora que nació hace 58 años en Marsella, considera que la enseñanza personalizada, basada en el trabajo, puntualidad y rigor permiten que los estudiantes no solo obtengan dos bachilleratos, sino también un aprendizaje que es igual al que reciben otros alumnos de sus mismas edades, pero en Francia. En 1994, el liceo asumió el nombre de Alcide d’Orbigny en homenaje al explorador.

La directora adjunta y además exalumna de la promoción 1989, Ángela Peña Rossel, destaca el rol plurilingüe que se impulsa en las aulas, porque allí no solo se aprende francés y español, sino también inglés, portugués y aymara. Este año, un grupo de estudiantes del colegio participan del Premio Nacional Guamán Poma de Ayala, del Ministerio de Culturas, que pretende revalorizar la tradición oral de los pueblos originarios. Desde la primera promoción, en 1981, egresaron más de 1.600 bachilleres del Franco. 

Aquí no solo estudian alumnos bolivianos e hijos de franceses, también otros de familias extranjeras. La entidad forma parte de una red de 522 centros de formación en el mundo, que integran la Agencia para la Enseñanza Francesa en el Extranjero (AEFE).

Además, no es raro escuchar en radio París La Paz  (106,9 FM) a estudiantes y a profesores del Franco en espacios radiales pedagógicos que exaltan el respeto, la solidaridad y la igualdad. La emisora, cuyas oficinas se encuentran en las mismas instalaciones, se convirtió en el mejor aliado educativo para promover diferentes actividades en las áreas de las ciencias, los idiomas y otros, gracias a los reportajes radiales. En el 50 aniversario,  tiene un papel vital para amplificar los logros, cuenta Jimmy Vásquez, responsable de esa emisora.

La salida al aire de radio París La Paz, el 4 de marzo de 1997, fue otro de los hitos en la historia del Franco Boliviano, y ese mismo año, el 15 de marzo, el entonces presidente francés Jacques Chirac, fallecido el 26 de septiembre de este año, visitó el colegio e inauguró la sala André Malraux. Chirac (1932-2019) se convirtió en 1997 en un firme defensor de la práctica del fútbol en la altura ante el intento de vetar al paceño estadio Hernando Siles.

Ese puente de amistad que formó el Franco Boliviano entre Francia y Bolivia, y al que hace referencia Riba, se pone también de manifiesto en la mirada de la directora general Canetos. “Esta es mi primera experiencia en el extranjero y me siento como en una etapa intermedia entre mis 13 predecesores y los que van a venir”, sintetiza la educadora, que habla poco español. Además de ella, el director de secundaria, Pascale Le Roy; el director de primaria, Stéphane Dupuy, y Gaille Heyert, directora administrativa, son los enviados por su Gobierno para la misión en Bolivia al frente del liceo, responsabilidad que nunca supera los cinco años.

Una de las directoras generales más recordadas es Lisette Bergonzat, que acompañada de un pastor alemán, bautizado como Franco, impulsaba a los padres de familia en el trabajo comunal que dio inicio en los años 1980 a la construcción de la actual infraestructura. “Ella lucía un sombrero, una camisa y una falda blanca impecable. Yo era niña, cuando mis papás comenzaron junto a otros a limpiar el terreno en Achumani”, recuerda Peña.

Dentro de su política de intercambio, el Franco Boliviano siempre mira adelante. Para este 12 de octubre se tiene previsto que 100 niños franceses lleguen a Bolivia para visitar el colegio y aprender de las culturas bolivianas, pero en 2020, otros 100 niños bolivianos irán a Francia en el intercambio anual que promueve la AEFE.

Además, la Embajada de Francia otorga becas de excelencia a los mejores alumnos del Franco y paga sus estudios superiores y otros costos en Francia por cinco años. Este 2019 fueron dos jóvenes y mientras eso sucede con los bachilleres, 20 niños de inicial aprenden con el profesor Ricardo Humérez, uno de los más antiguos, cómo es que Tiwanaku se convirtió en una de las civilizaciones más grandes del mundo.

Los mejores son becados

La Embajada de Francia otorga anualmente becas de estudio y otros gastos a los mejores alumnos del colegio para que puedan estudiar en Francia. Este año fueron dos jóvenes y el año pasado, cinco.

El establecimiento educativo forma parte de la red de la Agencia para la Enseñanza Francesa en el Extranjero (AEFE). Esa red está integrada por 522 institutos en el mundo.

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