En un viaje sin precedente, el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, se dirigió hacia América Latina, donde visitó Argentina, Colombia y México, y luego asistió a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, EEUU.

Este viaje se realizó en unas circunstancias en las que se está ampliando la presión sobre este régimen por diferentes motivos, entre ellos la represión contra Palestina dentro de los territorios ocupados, mediante la expansión de asentamientos ilegales y las detenciones arbitrarias, además de la judaización de Al-Aqsa y su oposición a la solución de dos Estados.

De hecho, el conjunto de acciones criminales israelíes que han aumentado bajo el mandato de Netanyahu ha creado grandes obstáculos para este régimen, tanto a nivel económico como político, cuyos ejemplos se pueden ver en las marchas que se realizan en el Día Mundial de Al-Quds que marca el fin del sagrado mes de Ramadán cuando desde América Latina hasta Australia la gente sale a las calles para repudiar las acciones israelíes. Aún peor, en la ONU, donde siempre contaba con el apoyo definitivo de todos los miembros, ahora se está aislando algo que se puede entender del voto con mayoría absoluta del Consejo de Seguridad contra los asentamientos ilegales en los territorios ocupados palestinos.

En el contexto económico también el régimen israelí se está aislando por la ola del movimiento de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) que de acuerdo con sus autoridades les afecta seriamente. Es tan preocupante para Tel Aviv que decidió, según ha informado el rotativo israelí Haaretz, espiar y recoger información sobre activistas vinculados a BDS y crear una base de datos para restringir o impedir su actividad.

Ante esa situación, no es extraño que el premier israelí decidió viajar a América para reforzar sus lazos con gobiernos de derecha. Su gira coincidió con el 70 aniversario de la votación del plan de partición de la ONU, cuando 13 países de América Latina y el Caribe estuvieron entre los 33 Estados que votaron a su favor, allanando el camino para la fundación de Israel. Netanyahu aprovechó, además, que los gobiernos progresistas y de izquierda se están debilitando en la región para que los de derecha le apoyen en  eventos como el de la ONU.

Buscó no solo neutralizar el efecto de BDS, sino reforzar su economía mediante contratos en áreas militares y económicas. De acuerdo con el presidente de la Cámara de Comercio Israel-América Latina, Roberto Spindel, hay empresarios israelíes invirtiendo en Latinoamérica, tan solo en México hay alrededor de 160 compañías israelíes establecidas; en Colombia y Argentina son más de 100, razón por la cual, el titular israelí viaja acompañado por una delegación de 30 personas relacionadas con la agricultura, el agua, las comunicaciones y la energía.

¿Qué buscó Israel en Argentina? En ese país cuenta con una gran comunidad judía que siempre ha facilitado las relaciones entre Buenos Aires y Tel Aviv. Sin embargo, ese lazo se afectó durante el mandato de la expresidenta Cristina Fernández, quien se estaba acercando a Irán para investigar el motivo verdadero del atentado contra la Amia en 1994 y aclarar quiénes estaban detrás de ese crimen. Ahora, con Mauricio Macri ha llegado la hora de reforzar los lazos bilaterales para presionar a Irán.

Además de la política, Netanyahu se ocupó de los temas económicos y de ciberseguridad y la clave fueron las empresas israelíes Faceptión y Verín LTD, productora de software. También fueron de la partida empresarios dedicados al desarrollo agrícola y manejo del agua, tres áreas en las cuales Tel Aviv invierte millones de dólares.

¿Qué buscó Israel en Colombia? Tel Aviv solo se planteó el tema militar con ese país, tanto la exportación de armas como el intercambio de conocimiento. Esto se reveló en 2012 durante una visita del exministro de asuntos militares israelí, Ehud Barak. Ahí en una rueda de prensa conjunta con su homólogo, Juan Carlos Pinzón, afirmó que el objetivo es: “mejorar las relaciones (militares de los dos países), mucho más allá de la defensa y la seguridad”.

En ese contexto, el diario Haaretz reveló que Tel Aviv proporcionaba equipo militar ultramoderno e instructores para la “guerra contrainsurgente” en América Latina. Un informe del Instituto Internacional Sueco de Investigación por la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés) observaba que Israel se había colocado como “segundo proveedor bélico de América Latina, después de Estados Unidos y delante de Alemania y Francia”.

¿Qué buscó Israel en México? En este país el premier israelí pretendió resolver el caos que el mismo creó hace meses. Netanyahu había escrito un tuit que parecía respaldar la idea del presidente estadounidense, Donald Trump, de construir un muro entre México y Estados Unidos, causándole animadversión y críticas en la comunidad judía mexicana. Así que despejando las dudas en las relaciones bilaterales, el titular israelí buscó rubricar acuerdos sobre comercio, investigación espacial, aviación, comunicaciones y educación.

A los motivos mencionados acerca de esa gira, hay que sumar la inestable situación de Netanyahu a nivel local. Debido a los casos de corrupción en los que están involucrados tanto él como su esposa están aumentando las voces en la sociedad y el Parlamento para su renuncia. Así que también se puede interpretar el viaje como la huida de Netanyahu para desviar la opinión pública, al menos momentáneamente.