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Habitantes verdes

Comienza la época de calor y con ella los recuerdos de titulares de enero del año pasado como “Ola de calor rompe récord histórico en cinco ciudades de Bolivia” o “Sube la temperatura por falta de árboles urbanos”. En ciudades como Santa Cruz, el termómetro marcó un máximo de 39 °C y la sensación térmica llegó a más de 41 °C.

Estas altas temperaturas habrían sido causadas por el calentamiento global pero también, por la pérdida de árboles, los cuales contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático. Tales reportes cobran mayor importancia considerando que, según el último censo, más del 67% de la población de Bolivia vive en el área urbana.

Al mismo tiempo, el 1 de octubre se celebró el Día del Árbol, conmemoración que nos recuerda sus múltiples beneficios ambientales y socioeconómicos. Por ejemplo, ayudan a mejorar la calidad del aire en las ciudades, pues son filtros del polvo y de la contaminación. Los bosques urbanos regulan el flujo del agua, siendo claves para crear y mantener la humedad en ambientes secos, así como para la prevención de inundaciones y, por tanto, de pérdidas económicas y humanas.

Los árboles también proporcionan alimento y cobijo a diferentes tipos de aves, las cuales mejoran la salud física y mental de los habitantes. Además, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el mantener o incluir árboles en las áreas urbanas puede aumentar el valor de una propiedad entre un 20% y un 50%.

Asimismo, los árboles enfrían el aire entre 2 y 8 °C, contribuyendo a controlar el efecto conocido como “isla de calor urbana”, por el cual ciertas áreas urbanas tienen temperaturas más elevadas, especialmente durante la noche. Entre los principales factores para este fenómeno está la mayor concentración de edificaciones de cemento y vías asfaltadas que atrapan el calor. Lo que no sucede en áreas con mayor vegetación; de ahí la importancia de los árboles para regular la temperatura en el área urbana.

Nuestras ciudades crecen y con ello también crece la necesidad de mantener áreas verdes. Los bosques urbanos, los parques con arboledas, los árboles en jardines y aceras son todos necesarios para mejorar la calidad de vida en las ciudades. Todos podemos colaborar a que el patrimonio verde de nuestras urbes se mantenga y aumente. Podemos unirnos a uno de los varios grupos ciudadanos que se han propuesto plantar nuevos árboles y cuidar los ya existentes; o podemos simplemente cuidar del árbol que tengamos más cerca de casa o en el trabajo. Podemos hacer la diferencia y disfrutar de la compañía de nuestros silenciosos habitantes de las ciudades, los árboles.