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¡Eliminar las armas ya! (no a Rambo)

Stephen Paddock habría utilizado dos fusiles AR-15, entre los 23 que llevó al hotel Mandalay Bay para asesinar al menos a 59 personas y herir a otras 527, que es una popular versión civil del M-16 y que ha sido utilizada en numerosos tiroteos como en San Bernardino, Aurora y Newton. Estas armas pueden ser compradas por civiles en Estados Unidos, pero están artificialmente limitadas para el tiro semiautomático, aunque se puede quitar ilegalmente esta limitación transformándola en una ametralladora. Por esto, Paddock pudo disparar sus armas modificadas ilegalmente cambiándolas cuando se sobrecalentaban, ya que no pudo conseguir ametralladoras capaces de soportar el tiro sostenido.

Jimmy Kimmel (estrella del programa Jimmy Kimmel Live! de la cadena ABC), editorializó que: “Una persona muy enferma (…) empezó a disparar (…) hacia una multitud de 22.000 personas”. Luego se le llenaron los ojos de lágrimas, y continuó diciendo que “Como resultado (…) tenemos hijos sin padres, padres sin hijos, madres sin hijas, familias devastadas (…) porque una persona, con una voz enferma y violenta en su cabeza, consiguió reunir de rifles de alta potencia (…)”.

“El dueño de la tienda que vendió… (esos) rifles dijo que (Paddock) superó el sistema nacional de comprobación (…) y por eso no hubo ninguna de las señales de alerta habituales”, añadió Kimmel. Aquí tenemos el primer problema. El tema bien entendido es que el armero no podía tomar ninguna acción ni presentar una denuncia porque nadie lo hubiera tomado en serio, dado que se habían cumplido los requisitos establecidos para adquirir armas. Tenemos que darnos cuenta que el Estado se equivoca, y mucho; por tanto, debemos desconfiar y no admitirle cualquier cosa.

“Claro que podemos hacer muchas cosas al respecto”, continuó Kimmel. “Pero no lo hacemos (…). Cuando alguien con una barba nos ataca, pinchamos los teléfonos, prohibimos permisos de viaje, construimos muros (…)”. Se diría que el Gobierno sobreactúa con respecto al terrorismo, visto que mueren más ciudadanos por otras causas.  Y continuó con un alegato para que el Congreso de EEUU prohíba las armas.

Las armas son malas y todas ellas deberían eliminarse. Pero pedirle al Estado que las prohíba es incoherente y es una trágica ironía, porque implica más controles, más personal y más poder policial, cuando, ya en 2015, según el Washington Post, 990 personas fueron asesinadas por las fuerzas policiales en EEUU. Es decir que habría que empezar por quitarle las armas a la Policía, que mata más ciudadanos que los locos al estilo Paddock.

Deberíamos empezar por evitar que se difunda en las escuelas la “historia oficial” que les enseña a los niños que las guerras (al estilo de la Segunda Guerra Mundial) son necesarias; dejar de enseñarles que generales “libertadores” degollaban con sus sables por “la independencia”. Hollywood, siguiendo esta línea, debería dejar de ensalzar la violencia al estilo Rambo.

En Canadá se registran 1,5 homicidios anuales por cada 100.000 habitantes y en EEUU, 4,7. Pero los países con mayores controles parecen más violentos, como Venezuela, cuyo índice es de 58 homicidios, y Honduras, en donde se registran 66,49 homicidios por cada 100.000 habitantes al año. Por otro lado, precisamente, el delito es clandestino, o sea, aunque las armas se prohíban se las seguirá usando. El argumento de que, tras la prohibición, en algunos lugares bajaron los homicidios falta al rigor, porque en esos países el delito es bajo en general y, como consecuencia, también los homicidios, como en Nueva Zelanda, donde ni la Policía porta armas.