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Pantuque, humanos locos

Desde que se desató la historia de Pantuque, el perro de raza shar pei con 18 abogados (acusado de atacar a un niño y a su madre) a un paso de ser sometido a la eutanasia, surgieron noticias que dieron la vuelta al mundo, como: “Abogados alegan que mordió en defensa propia”, “Piden que Pantu se defienda en libertad”, “18 juristas defienden a un perro ‘preso’ desde agosto”…

Todos los cuales despertaron curiosidad, una que otra sonrisa y, sobre todo, asombro. Es que, en un país como el nuestro, contar nomás con un solo abogado es cosa seria. No solo por la informalidad de los “doctores” (como se hacen llamar), que lo hacen a uno corretear para saber cómo va el juicio, que “se pierden” dejándolo a uno en ascuas, y dejando todo para el último minuto, sin contar con lo caro que todo esto resulta.

El asombro también surge por otro lado. Hasta el momento se ha reunido 15.000 firmas por la defensa de la vida de Pantu, se han organizado marchas con este fin, y en las redes sociales sus defensores se han manifestado con pasión y vehemencia, tanto, que incluso se ha llegado a despertar un extraño instinto animal que me remite a otro caso, el de Andrea Puente, una estudiante de Comunicación Social de la Universidad Católica de La Paz que, en septiembre pasado, ofreció un día carne de pollo llamada “Chicharrón de perro”, en plena vía pública.

La idea de la joven vegetariana era generar reflexión sobre por qué se defiende la vida de un tipo de animal y no así de otro. Pero se encontró con mucho más. A través de su cuenta de Facebook recibió insultos y hasta serias amenazas de parte de amantes de los perros y de asociaciones que luchan en su defensa.

Con Pantuque también se despertó irracionalidades similares, como la publicación en Facebook de una usuaria que responde a una detractora de la vida del can. “Y yo, sinceramente, E.A.G (se reserva el nombre), si tuviera que elegir entre la vida de una ¿#$&% (nos reservamos el insulto) como vos y el perro, me quedo con el perro, pedazo de insensata!!! Y Frívolaaa!!!” (sic).

Y ese fue de los mensajes más suaves. No me referiré a los ribetes que en los últimos días cobró la historia de Pantu, que incluyen la encarcelación de su dueña, un audio de amenazas contra el padre del niño y esposo de la mujer mordidos, y marchas de activistas a favor de la vida del perro.

Todo, con el famoso can de rostro tierno de fondo, detenido actualmente en la Casa de la Mascota. Sí, los defensores de los animales pueden ser muy contundentes a la hora de valorar la vida de un animal, antes que la dignidad y la honra de un ser humano.

Periodista de La Razón