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Dueños de las calles

Parece inevitable que de manera episódica se publiquen noticias que dan cuenta de los excesos y abusos a los que están acostumbrados los sindicatos de choferes de transporte de pasajeros. Esta vez el caso corresponde al Sindicato Eduardo Abaroa de El Alto, cuyos afiliados creen que la ruta que une las ciudades de La Paz y El Alto les pertenece de manera exclusiva.

En efecto, días atrás un periodista de este diario fue testigo de cómo un grupo de 40 choferes de ese sindicato, apostados al inicio de la Av. Max Fernández, que conecta con la Av. Mario Mercado, impidió la circulación de automóviles de otro sindicato, llamados “maleteros”. El grupo, en ausencia de autoridades de la Policía o del Gobierno Municipal, secuestró letreros, arrancó los discos que indican la línea, pinchó y desinfló neumáticos, y hasta secuestró licencias de conducir. Las y los pasajeros que tuvieron la mala suerte de estar en los vehículos agredidos fueron obligados a cambiar de coche.

Los abusos y gritos, plagados de palabras soeces y acciones agresivas, no solo tenían como blanco a los conductores de la competencia, sino también a quienes tuvieron el coraje de reclamarles por su actitud, entre ellos los usuarios del servicio, quienes de manera constante reclaman por el mal trato que ofrecen los conductores del Sindicato Eduardo Abaroa.

Consultado al respecto, el secretario ejecutivo de la Federación Departamental de Choferes de La Paz 1° de Mayo justificó esta práctica argumentando que ningún chofer puede irrumpir en la ruta de otro sindicato; “es como si un profesional se metiera en tu trabajo”, le dijo a nuestro periodista. El dirigente sindical reconoció que los “controles” ejecutados por la “guardia sindical” tienen el aval de su federación, aunque deslindó responsabilidades por los excesos.

Con todo, es posible que los choferes agredidos estén en efecto invadiendo rutas para las cuales no tienen autorización expresa de la autoridad municipal. Sin embargo, es obvio que si lo hacen es porque el sindicato habilitado para brindar el servicio en esa ruta no cumple con su obligación; las y los usuarios así lo confirman.

A su vez, el Director del Organismo Operativo de Tránsito en El Alto afirmó desconocer esta situación, agregando que no se sabe desde cuándo suceden este tipo de problemas. Además, aseguró que iban “a controlar para evitar los excesos”. Cuesta creer que algo vaya a cambiar si un jefe policial reconoce que no sabe lo que pasa dentro de su jurisdicción.

Es, pues, preocupante que este tipo de hechos ocurran con tanta frecuencia, ya que da cuenta de la poca fuerza que tienen las autoridades para imponer la ley en la ciudad. Urge poner un alto a este tipo de excesos, pues si bien se originan en una legítima defensa del mercado que les corresponde, es evidente que pueden desbordarse, poniendo en riesgo la seguridad de toda la población.