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Lucha contra la miseria

El martes, 17 de octubre, voluntarios y amigos del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo se reunieron en diferentes ciudades del mundo para conmemorar el Día Mundial del Rechazo a la Miseria, una fecha reservada para honrar a todos los hombres y mujeres, niños, niñas y adultos que cotidianamente luchan para superar este mal creado por las sociedades.

Para tal efecto, en algunas regiones se organizaron actividades lúdicas e interactivas pensadas especialmente para los niños, con el propósito de fortalecer la visión que los mantiene unidos, buscar aliados en esta encrucijada contra la pobreza, y recordar el origen de este compromiso, que se gestó hace 30 años, el 17 de octubre de 1987. Fecha en la que más de 100.000 personas se reunieron en la plaza del Trocadero de París en honor a las víctimas de la pobreza, la violencia, el miedo y la marginalidad.

Aquel día, el sacerdote Joseph Wresinski, fundador del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo y promotor de esta convocatoria, hizo un llamado a las Naciones Unidas y a todas las personas para que, sin importar las diferencias políticas, económicas, religiosas, o culturales, nos unamos en la lucha contra la miseria.

En aquella oportunidad Wresinski también inauguró en el mismo lugar donde se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) una placa que en sus versos finales señala: “Ahí donde hay hombres condenados a vivir en la miseria, los derechos humanos son violados. Unirse para hacerlos respetar, es un deber sagrado”. Cinco años después, en diciembre de 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció oficialmente el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.

Desde entonces, esa fecha se yergue como un símbolo en honor a las víctimas de la extrema pobreza, en honor de aquellas madres que, con ingenio y energía, luchan diariamente para criar a sus hijos con dignidad; en honor de todos los padres de condiciones humildes que buscan desesperadamente un empleo que les permita proporcionar seguridad a sus familias.

Pero también se yergue como una alerta que nos recuerda que a nuestro alrededor cientos de miles de niños, adultos y ancianos viven atrapados por la exclusión de la miseria; que este flagelo es creado por el hombre, y que por tanto es responsabilidad de todos luchar por erradicarlo, codo a codo con los verdaderos expertos de esta encrucijada, la gente pobre, aprendiendo de sus estrategias, valorando su sentir y su opinión.

Finalmente, el 17 de octubre representa una fecha para articular fuerzas entre todas las personas que han decidido comprometerse con el rechazo y la destrucción de la miseria, trabajando al lado de los más pobres, independientemente de la nacionalidad, credo o ideología política que profesen.