Daniel Viglietti —considerado el mayor representante de la canción social uruguaya por temas convertidos en himnos de protesta que se opusieron a los más oscuros momentos de dictadura militar en distintas partes de América Latina como A desalambrar o Canción del hombre nuevo— falleció el 30 de octubre en Montevideo habiendo alcanzado sus 78 años de vida.

Este ícono de la canción protesta, cuyo último concierto se realizó el viernes 27 de octubre en un festival realizado en Periápolis (Uruguay), detuvo su canto y poesía, que le significaron tanto la cárcel como el exilio, marcando también parte del pensamiento social del continente. Su trayecto como uno de los representantes del evidente vínculo entre la poesía hecha canción, la denuncia y la invitación a la conciencia social hizo que en 1972 Viglietti fuera detenido por la dictadura uruguaya, y puesto en libertad después de una sentida movilización global de intelectuales como Julio Cortázar y Jean Paul Sartre, además de líderes políticos. Así salió exiliado a la Argentina y de ahí en 1973 partió rumbo a Francia, donde tuvo un prolongado destierro hasta 1984.

Junto al poeta Mario Benedetti, de su misma tierra y con quien durante el exilio tuvo la oportunidad de interpretar canciones sociales uniendo la poesía, la voz y la guitarra, presentaron el 20 y 21 de octubre de 1983 el clásico concierto A dos Voces, obra musical y libro considerados hasta hoy la síntesis de la alianza del pensamiento social inspirado en una profunda poesía de compromiso con la vida y la esperanza. Los ocho temas cantados a dúo en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires incluyen fragmentos de la poesía de Benedetti con poemas como Defensa de la alegría, De árbol a árbol, Lento pero viene y Estados de ánimo, entre otros.

La alquimia de esta obra musical se puede asumir como un referente histórico que sintetiza el canto por la dimensión del sentido humano y su vínculo por las luchas por condiciones de justicia social, sobre todo en momentos de ausencia democrática en América Latina.

A desalambrar, la canción emblemática del pensamiento de Viglietti, en sus estrofas directas y desnudas se atreve a lanzar preguntas en medio de escenarios de la represión y dictadura como “Yo pregunto a los presentes si se han puesto a pensar que esta tierra es de nosotros y no del que tenga más. Yo pregunto si en la tierra nunca habrá pensado usted que si las manos son nuestras es nuestro lo que nos den (…) a desalambrar, a desalambrar (…)”.

Viglietti, nacido en Montevideo en 1939, desde sus 20 años ingresó a la música popular, expresando de este modo su militancia política. Así, su poesía y guitarra seguramente se recordarán como parte medular de la historia social y de la democracia de América Latina.