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Estafas impositivas y burocracia

En el país no solo las compañías legalmente establecidas, sino también los individuos que trabajan como consultores independientes o en firmas unipersonales necesitan acudir a contadores y auditores para poder pagar sus impuestos. Y este requisito muchas veces ha derivado en el cierre de empresas y negocios de personas que confiaron este trámite a contadores con mala intención o fraudulentos, quienes terminaron engañándoles o haciendo mal su trabajo, con las consiguientes multas y sanciones que el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) se ha especializado en aplicar ante cualquier vulneración tributaria, independientemente de si hubo dolo o no en la infracción.

Por caso, días atrás la Policía detuvo a un individuo que estafó a al menos 16 personas más de Bs 2 millones en El Alto ofreciéndoles un servicio contable, desde 2006, que nunca materializó. Y ahora los damnificados, además de perder el dinero que le entregaron a este falso contador, deben pagar elevadas multas al SIN.

Para evitar este tipo de estafas, así como también para impulsar una mayor formalidad en la economía, urgen mayores facilidades a la hora de pagar impuestos, especialmente para quienes trabajan de manera independiente o cuentan con un negocio unipersonal. Por ejemplo, permitiéndoles honrar sus deudas tributarias de manera directa, una sola vez al año, a través de cuentas bancarias, por medio de programas de fácil manejo que calculen el monto a cancelar, y sin la necesidad de tener que acudir a contadores legalmente reconocidos.