Desperdicio de comida
El desperdicio del desayuno escolar en las escuelas de La Paz puede ir desde el 1% hasta el 10% o más.
Entre los más importantes avances en materia educativa, uno que es tangencial a la formación de las y los estudiantes, pero no menos fundamental, es el programa de desayuno escolar, pues representa la oportunidad de que todas y todos accedan siquiera a una ración de comida nutritiva en la escuela. Lamentablemente, no todos los niños y niñas consumen su desayuno.
Según se reveló en un reportaje publicado días atrás en este diario, hay muchos estudiantes que guardan los alimentos y bebidas en lugar de consumirlos, y hay quienes incluso juegan con ellos. El resultado es que al final de cada día los basureros de las escuelas tienen raciones alimenticias que no han sido consumidas como se espera.
Dependiendo de la escuela y de las políticas que aplica en procura de que las raciones que se entregan cotidianamente cumplan la función para la que fueron producidas, el desperdicio puede ir de 1% a 10% o incluso más. Según uno de los directores de establecimientos visitados por nuestra reportera, hay niños y niñas que llevan dinero para su recreo, por lo que prefieren comprar golosinas en lugar de consumir las raciones gratuitas.
En otros establecimientos se aplican controles para asegurar que el desperdicio sea mínimo; por ejemplo se pide a los estudiantes devolver los alimentos que no vayan a consumir para redistribuirlos entre los demás. También están aquellos en los que se recicla los envases, lo que obliga a los educandos a entregarlos vacíos, una forma de asegurarse de que consumieron su contenido.
El principal argumento de niñas y niños para no consumir sus desayunos escolares es que no les gusta el sabor, o que les molesta recibir cada día los mismos alimentos. La responsable del desayuno escolar en el Gobierno Municipal de La Paz recuerda que el objetivo es introducir hábitos de consumo de alimentos saludables entre el estudiantado, por lo que se prefiere leche sin edulcorante, fruta fresca o masas hechas de cereales y granos, en lugar de chocolates, azúcares y toda clase de golosinas.
Además, añade la servidora municipal, el menú del desayuno varía según las estaciones, lo que significa que sí hay variedad. Aun así, es común ver a chicos y chicas jugando a las espadas con las barras nutritivas o fútbol con los horneados, cuando no mojándose con la leche o los jugos. Considerando que solo en la ciudad sede de gobierno se distribuyen 140.000 raciones cotidianas, es evidente que la inversión es cuantiosa.
Por ahora está implementándose una iniciativa municipal llamada “Escuela de Gigantes”, que pretende reforzar los hábitos de consumo de comida saludable entre niños y niñas con métodos lúdicos. Corresponde, sin embargo, seguir buscando formas de mejorar el consumo e incluirlas en la normativa anual que emite el Ministerio de Educación, comenzando por enseñar a no desperdiciar alimentos en ninguna ocasión.