Voto nulo, voto intrascendente
El valor del voto se lo mide en el impacto que éste tiene en las decisiones de política pública.
Al igual que en 2011, la oposición ha optado por hacer de las elecciones judiciales un plebiscito de aprobación o desaprobación al Gobierno. Ya hemos pasado por esta calle y sabemos dónde termina: en la designación de las autoridades judiciales elegidas por el voto de la minoría votante oficialista. Si los candidatos preseleccionados por la Asamblea Legislativa Plurinacional (o “masistrados”, como los llama la oposición) son o no idóneos, probos, imparciales, ello ya no importa a la luz del voto nulo, porque este tipo de sufragio no produce nada más que un acto efímero de protesta. El voto no invalida los resultados electorales, ni contiene dentro de sí ninguna resistencia efectiva a los males de la Justicia.
El deterioro de la democracia se muestra en la devaluación del voto. El valor del voto se lo mide en el impacto que éste tiene en las decisiones de política pública. Si el voto no es respetado o no genera impacto en las acciones del Estado, la democracia es un acto formal sin contenido real. La sustitución desinformada y politizada de las cúpulas del Órgano Judicial no resolverá los problemas de la Justicia; de hecho, puede agravarlas.
Para ejercer un voto trascendente en las elecciones judiciales es necesario apoyar un proyecto de justicia. Los candidatos a las cúpulas del Órgano Judicial deberían ser elegidos sobre la base de sus planes para reformar la Justicia, mejorar su calidad y su accesibilidad. La prohibición legal impuesta a los candidatos judiciales en sentido de “no hacer campaña” perjudica enormemente la necesidad del ciudadano de escuchar un necesario debate sobre cómo rescatar la Justicia y convertirla en un servicio público. Este debate es importante, ya que los postulantes (especialmente aquellos para el Consejo de la Magistratura), con o sin doctorados, necesitan ser valorados en función de la viabilidad y creatividad de esos proyectos.
Apostar al voto nulo es apostar al status quo; y con él, a que el cáncer que afecta la Justicia se continúe propagando. Hemos tenido un proceso participativo (Cumbre de Justicia) para formular propuestas de solución. ¿Cuáles son las iniciativas legislativas o políticas propuestas por la oposición para implementar las conclusiones de dicha cumbre? ¿Cuál ha sido la participación de la oposición en el esfuerzo de implementar reformas legales y judiciales que eliminen la corrupción, la burocracia, la retardación de justicia y la protección de los jueces de presiones o influencias externas? ¿Hay algo de sustancia detrás de esta invitación de los opositores a votar nulo? ¿Qué sectores sociales están detrás de la oposición en la implementación de estas propuestas?
Quienes nos invitan al voto nulo nos invitan a una postura inerte, intrascendente, a la pereza política y a la continuación de la apatía hacia algo que nos afecta a todos: la posibilidad de que cualquiera de nosotros o un ser querido sea victimizado por el sistema judicial. La verdadera campaña está en la recuperación de la Justicia a favor del ciudadano. Esta campaña es mucho más urgente e importante que el nombramiento de los gatos gordos que se sentarán en las cómodas sillas de los altos tribunales en Sucre.
Usted puede votar nulo si quiere, pero la Justicia seguirá igual o peor. Su voto será nulo en todo sentido, en forma, efecto, importancia y trascendencia… sin valor; como la anómica y delirante histeria neurótica en la que se ha empantanado la oposición.
Es su derecho votar como quiera. Pero sepa que si vota nulo y se desentiende de la situación de la Justicia después de depositar el voto en el ánfora, usted no habrá hecho nada por la democracia, por la Justicia, ni por la gente que sufre diariamente los abusos del maltrato, la burocracia, la corrupción y la retardación. Si quiere darle valor a su voto, súmese a un proyecto de reforma a la Justicia, en vez de encarcelar su voto en el calabozo de la protesta visceral y vacía.
Es abogado, gerente general en Genego.