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Planificación sostenible

La semana pasada, el país fue el anfitrión del IV Foro de Países Exportadores de Gas (FPPG), en el que presidentes, ministros y empresas petroleras fueron los actores principales de este importante evento, que mereció amplia difusión de parte de la prensa local de Santa Cruz. Por ejemplo, el diario El Deber consignó que “El presidente Evo Morales informó que YPFB firmó tres contratos para exploración y explotación de hidrocarburos que en 2021 redituará un ingreso de renta petrolera por al menos 20.000 millones de dólares”.

Respecto a los beneficios de estos tres contratos de exploración y explotación, el Primer Mandatario señaló que “se estima una inversión de $us 1.582 millones, una renta petrolera que va a estar sobre los $us 20.000 millones, y una producción de 20 millones de metros cúbicos día”. Son millones y millones de dólares que entrarían gracias a la riqueza que nuestra Madre Tierra produce, y me viene la duda si en estas negociaciones estuvo presente el cuidado y protección al patrimonio natural del país, si se analizó el no ingresar a áreas protegidas para la exploración y posterior explotación; y si se tomó en cuenta la importancia de mantener nuestros ecosistemas, que son los que nos dan vida en la actualidad y también resultan esenciales para generaciones futuras.

La contribución de los recursos naturales al crecimiento económico está relacionada con un evidente deterioro de la base sostenible de los recursos naturales, que inciden en la calidad de vida de quienes habitamos en el planeta. Resulta de vital importancia un desarrollo que mantenga los ecosistemas y garantice la calidad de vida; que transforme los modos de producción y consumo según principios éticos y equitativos; que se distribuyan los beneficios del progreso económico garantizando la sostenibilidad de nuestros recursos naturales.

Estas políticas deben ser impulsadas desde el Estado, para garantizar aquel desarrollo que se promete en millones de dólares. Las acciones deben convertirse en políticas nacionales que, sin importar el color político con el que se mire el futuro, apunten a un país rico en biodiversidad y recursos naturales que pueda ser un referente para la región, siempre y cuando priorice el cuidado y protección de su patrimonio natural.

Urge una visión de desarrollo que incluya a todos los sectores productivos de nuestro país vinculados al manejo y aprovechamiento de los recursos naturales. Para ello hace falta impulsar una planificación sostenible, bajo una visión integradora basada en un conocimiento técnico–científico que permita una valoración cualitativa del aprovechamiento de nuestros recursos naturales y su contribución a la economía del país.