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Las fuertes de siempre

Amiguis, algo tenemos que hacer. Comencemos por el nombre. Debe ser indígena porque ahora es más cool. Así aparecemos políticamente correctas. Sigamos con el sujeto. Los hombres están muy quemados, demasiados años de patriarcalismo, como dicen en el último seminario al que fuimos. Tenemos que ponernos las mujeres al frente (como vi en las noticias sobre Venezuela). A nosotras no nos van a reprimir e internacionalmente nos darán harta cobertura. Así, con los medios amigos del mundo, desgastamos a la tiranía”.

“¿Los viejos políticos? Están muy quemados. Ellos que den la plata y se mantengan atrás. Eso dice el estudio que encargaron a esos comunicadores que trajeron del extranjero. Además, con el rostro que tienen cómo van a dar la cara, jajajaja”.

“Bueno, ahora a conseguir nuevas amiguis. Te propongo que primero en las redes sociales preguntemos, ¿conoces a alguna mujer fuerte? Y luego a muchas, etiquetando, les decimos que tenemos centenares de miles de miembros. Y nuestros amigos de la prensa dirán que somos un gran movimiento. Las llamamos a las calles. Claro, iremos unas cuantas, pero nuevamente nuestros amigos usarán el genérico ‘mujeres protestan’, ‘mujeres luchan’, etcétera.”

“Querida, no hay que decir que somos las militantes de siempre, las que nos opusimos al indio ese. No, hay que hacer como en las fiestas: nuevo vestido siempre cae bien”.

“Entonces nosotras, las ‘desconocidas de siempre’, diremos que estamos luchando por la democracia. No por la democracia que sacó a millones de la miseria y la pobreza; no la que eliminó el analfabetismo o rescató nuestros recursos naturales industrializándolos. No, pues, nuestra democracia, la que permitía que siempre uno de nuestros familiares esté arriba del árbol, que nos inviten a sus embajadas, que den trabajo para que los nuestros se capitalicen con el Estado”.

“¿Te acuerdas de esa democracia en la que los más rebeldes de los nuestros iban a las ONG para ganar unos buenos sueldos en su lucha contra la pobreza? Ahora ya no hay ayuda internacional porque ya no calificamos. De verdad, ¿cuántos de los nuestros se han quedado sin trabajo? Esa es la democracia que extrañamos”.

“Bueno, comencemos por el nombre. Tiene que ser uno indígena, decíamos al principio. A ver amiguis, pregúntale a tu empleada cómo se dice mujer fuerte en guaraní. Ah y dile que esta noche se irá tarde a casa porque nosotras tenemos que ir a marchar por nuestra democracia”.