Pese al fracaso rotundo y las críticas a las autoridades del Órgano Judicial, el Gobierno y el Tribunal Supremo Electoral (TSE) llevaron adelante las elecciones judiciales, el 3 de diciembre, en el que solo un 33% de más de 6 millones de electores seleccionaron a las nuevas autoridades. El resto de la población prefirió votar nulo o blanco, sufragios que sumaron una mayoría, relevante solo para las estadísticas.
Las críticas no fueron escuchadas por las autoridades gubernamentales ni electorales, pese a que se demostró que la innovadora elección de miembros del Órgano Judicial en 2011 no cambió la Justicia. Es más, se dio a conocer hechos de corrupción e incluso redes de extorsión al interior del sistema judicial conformadas por jueces, fiscales, abogados y hasta policías que transaban fallos.
Ni siquiera estos hechos doblaron la mano de las autoridades para suspender los comicios realizados el 3 de diciembre, en los que la mayoría de los votantes anuló su voto, no solo marcando un X, sino con diferentes dibujos, insultos y collage de mujeres y hombres, para manifestar su rechazo contra estas elecciones.
Para colmo de males, exautoridades judiciales electas en 2011 se presentaron como candidatos, a pesar de no haber aportado ni un gramo de arena para mejorar la Justicia, cuando ejercieron cargos de autoridad. Más al contrario, su angurria provocó peleas internas a la hora de definir la presidencia en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el Tribunal Agroambiental (TA), el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y en el Consejo de la Magistratura (CM).
Otro aspecto que molestó a la población y que influyó en su elección fue el fallo emitido por los seis miembros del TCP declarando procedente la acción de inconstitucionalidad abstracta presentada por legisladores oficialistas contra varios artículos de la CPE que inhabilitaban a Evo Morales para una nueva repostulación, vulnerando así la Carta Magna y el rechazo manifestado por la población el 21F ante esta posibilidad. ¿Favores para no ser procesados o seguir en el cargo? ¿Pagaron el favor de ser designados como autoridades judiciales?
Pese a todo lo citado, el Tribunal Electoral afirmó que hasta con un punto podían ser elegidas las nuevas autoridades judiciales, y que el voto nulo y blanco son solo estadística. ¿Por qué el TSE no sugiere suspender estas elecciones que no contribuyen a solucionar la crisis que atraviesa la Justicia? ¿Por qué en lugar de gastar Bs 120 millones en la organización de comicios como los del domingo no se utilizan estos recursos para construir hospitales, escuelas o en programas que satisfagan las necesidades que tiene la población?