Peligros en la web
El internet de hoy no es el mismo que aquel que vivimos hace 10 o 20 años. No solo ha cambiado la tecnología, sino también la forma social de apropiarse de la red. Si bien las plataformas de redes sociales han cambiado las posibilidades y usos de las tecnologías de información y comunicación, y las han popularizado quebrando el monopolio que tenían sobre ellas empresas e ingenieros informáticos, también los seres humanos hemos hecho mucho, bueno y malo, para cambiar los usos que hacemos de ellas, y entre los malos usos que hemos aprendido socialmente a darle a estas redes sociales y otras herramientas digitales están las noticias falsas, el discurso de odio, las cuentas falsas, los bots y la violencia que ejercemos es estos espacios virtuales.
Es muy frecuente escuchar historias de amigos y amigas que involucran suplantación de identidad, trolls, ciberbullying e incluso trata de personas contactadas por internet y pornografía infantil. Hace poco me encontré con un amigo en la calle después de varios años. Lo primero que me comentó fue que su hijo menor de edad había sido contactado por chat por un amigo de la familia de unos 40 años, quien después de desarrollar confianza con él comenzó a pasarle fotografías íntimas y estaba exigiéndole lo mismo. Este amigo me confesó que no sabía qué hacer, porque quería evitar que ese comportamiento se repita con otros niños, no solo que ya no tomara a su hijo como víctima. Me preguntó si podía y era aconsejable denunciar en la Policía, si podía obtener pruebas de estos contactos que sean válidas en un juicio, si hay abogados informáticos en el país.
Este es el caso de varias personas en Bolivia actualmente. La seguridad informática ya no es un tema de especialistas; ahora todos necesitamos aprender cómo reconocer noticias falsas para no compartirlas, creando pánico como en el caso de la Joyería Cronos; requerimos entender cómo nos contagiamos de virus que se apoderan de la información de nuestros celulares y computadoras, y cómo esto pone en riesgo a nuestros hijos; necesitamos entender cómo reconocer cuentas falsas, bots, discursos de odio, trolls… para no caer en sus juegos violentos; necesitamos saber cómo actuar frente a una ciberextorsión.
Todas estas habilidades están prácticamente ausentes actualmente entre los y las usuarios de internet, y es obligación tanto de gobiernos como de empresas de telecomunicaciones orientar y enseñar comportamientos más seguros, para reducir las vulnerabilidades de sus clientes y de la ciudadanía en general. Es una labor urgente y que debe ser encarada con responsabilidad; no se resuelve con un par de videos, se requiere políticas más comprometidas.