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Un Mercosur de resultados

La Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) que realizamos el 21 de diciembre en Brasilia marcó la conclusión de la presidencia brasileña del bloque, que se inicio en julio. En ese periodo hemos continuado los esfuerzos por rescatar la vocación original del Mercosur para la democracia, los derechos humanos y el libre mercado.

En los primeros días de la presidencia brasileña, ante el deterioro de la institucionalidad democrática en Venezuela, los socios fundadores del Mercosur suspendieron al país del bloque, cumpliendo con el Protocolo de Ushuaia. Con esa medida transmitimos un mensaje inequívoco de que no existe alternativa al orden democrático en América del Sur. Queremos que Venezuela retome el camino de la democracia y que, de esa manera, pueda regresar al Mercosur.

A lo largo de 2017 hemos tratado de fortalecer, asimismo, el pilar económico del Mercosur. En el primer semestre, bajo la presidencia argentina, firmamos un acuerdo que refuerza la seguridad jurídica para las inversiones entre los países del bloque (un instrumento de iniciativa brasileña). Bajo la presidencia del Brasil, nos acercamos a la conclusión del Acuerdo sobre Contrataciones Públicas. Además de crear nuevas oportunidades para empresas de los países del Mercosur, el acuerdo estimulará la competencia y, consecuentemente, la reducción de los precios pagados por los gobiernos en sus licitaciones.

En el área comercial dimos continuidad a la eliminación de las barreras al comercio. Modernizamos la dimensión regulatoria del bloque para que los reglamentos técnicos garanticen la calidad y la seguridad de nuestros productos, sin constituir trabas innecesarias al comercio. Dimos un nuevo impulso a temas como el aumento de la participación de las pequeñas y medianas empresas en el comercio regional, la liberalización de servicios, la protección de indicaciones geográficas, el comercio electrónico.

En América Latina, el Mercosur busca un creciente acercamiento con la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú). Dentro de poco entrará en vigencia un nuevo acuerdo comercial entre Brasil y Colombia que favorece especialmente a nuestros sectores automotor, siderúrgico y textil.  

Esta nueva etapa del Mercosur se caracteriza también por una mayor apertura hacia el mundo. Después de cerca de dos décadas de negociaciones, por primera vez tenemos la perspectiva realista de concluir un acuerdo con la Unión Europea. Avanzamos también en negociaciones con la Asociación Europea de Libre Comercio (Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein), con India, y con Túnez. En septiembre entró en vigor el acuerdo Mercosur-Egipto, que en 10 años liberalizará prácticamente todo el comercio entre las partes.

Y estamos abriendo nuevos frentes. Estamos listos para iniciar negociaciones, en los primeros meses de 2018, con Canadá y con Corea del Sur. La reunión de cancilleres del Mercosur y de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, en septiembre, abrió puertas para tratativas con mercados dinámicos, con elevadas tasas de crecimiento. También ya iniciamos el diálogo con Singapur, el primer paso hacia un futuro acuerdo de libre comercio.

Este es el Mercosur que queremos y estamos construyendo: un Mercosur sintonizado con los valores de nuestras sociedades, un Mercosur al servicio de los intereses de nuestros pueblos, un Mercosur de resultados.

NdE. Este artículo fue publicado originalmente en el periódico brasileño O Globo.