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Alumnos bolivianos en Sao Paulo

En 2017, 4.141 alumnos extranjeros se inscribieron en las unidades educativas del ciclo primario de la ciudad de Sao Paulo, Brasil. De ellos, 2.204 fueron bolivianos, es decir, el 53%. Acompañan a estas cifras los niños provenientes de Angola (África) con el 13%; de Haití (Centroamérica) con el 7%; de Japón (Asia) con el 4%; y de Paraguay, Perú y Argentina, con un porcentaje inferior al 3%. La investigadora Iolanda Cruz Teles presentó esta información en las conferencias “Diciembre Migrante”, organizadas por la Secretaría Municipal de Educación, y en las que participé como ponente. Por esa situación, el pensamiento y la cosmo-convivencia de las sociedades quechuas y aymaras son cuestiones que cobran importancia en el magisterio paulista.

Otra investigadora, Aline Guirão de Moura, ante la presencia creciente de alumnos bolivianos en la zona Este de Sao Paulo entrevistó a padres de familia, realizó dinámicas con los educandos y sistematizó cuestionarios cuyos resultados son reveladores y útiles para entender el día a día de los escolares de distinta procedencia. Los profesores se predisponen cada vez más por conocer sobre el país de origen de los niños (danzas, culinaria, cuentos, leyendas, historia, etc.) y por saber qué los mueve y motiva; y de esa forma obtener respuestas que ayuden a entender las diferencias. Según Moura, “ellos tienen como lengua materna al quechua y en menor número al aymara, sus padres cuentan vivencias de vida rural”.

Asimismo, reflejan timidez, algo común en los recién llegados; aprenden con prontitud el portugués; respetan a los profesores y compañeros; destacan en el cuadro de calificaciones y puntualidad; sienten dicha mientras escuchan la lectura de un cuento boliviano y cuando declaman poesías en español: la leyenda sobre la kantuta es la más conocida. Los padres de familia visitan con frecuencia a los profesores para interiorizarse sobre el desempeño de sus hijos y participan en las ferias escolares afianzando la culinaria y la identidad boliviana. Parece sorprendente, algunos profesores incluso aprendieron palabras quechuas de sus alumnos, las más comunes son jaku (vamos), arí (sí), mana (no). Esa realidad convoca a pensar en ellos y ellas porque llevan consigo el imaginario de su país al lugar que van.

¿Son relevantes estos datos para el país? Sí, Sao Paulo, la séptima metrópoli del mundo en términos poblacionales, con más de 21 millones de habitantes (casi el doble de la población de Bolivia) albergó al mayor número de escolares bolivianos entre los extranjeros en 2017. El dato es significativo e inesperado para las autoridades educativas y profesores, quienes se plantean nuevos desafíos para encarar el escenario.

Empero, según la sociología, las sociedades demográficamente densas, para garantizar su propia supervivencia no solo deben reclutar y “tolerar” la diversidad de sus habitantes, sino también deben estimular y premiar la multiplicidad. Si esta premisa tuviese pertinencia, trabajar por la educación incluyente será un objetivo común en las grandes ciudades, tal como va impulsándose en Sao Paulo.

Los datos abordados en esta columna aún son insuficientes, desconocemos las estadísticas del nivel secundario. En caso de que también sean significativas, ¿corresponde a las autoridades nacionales tomar recaudos? ¿El Ministerio del ramo ejecuta actividades concretas al respecto? Discursos y planes en teoría, impresos en papel, abundan en todas partes, planes con recursos efectivos son los que se requieren. Tan lejos está el portugués en el país, pese a la importancia creciente del Brasil en Bolivia. En cambio, el inglés constituye una prioridad en la educación primaria y secundaria, aunque la mayoría de los alumnos acaba sin saber hablar ni leer este idioma.