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Baches peligrosos

En un recorrido por 14 de las principales calles y avenidas de La Paz, un periodista de este diario pudo constatar que muchas de estas vías están plagadas de baches, tapas de alcantarillas hundidas o levantadas, y ondulaciones en el asfalto, entre otras irregularidades. Precariedad que previsiblemente se registra, en mayor o menor medida, en el resto de las arterias de alto tráfico vehicular de la urbe paceña.

Esto debido en parte a las zanjas que continuamente se abren para la instalación de servicios de alcantarillado y agua potable y que se dejan a medio cerrar, así como también por el desgaste natural de las vías propiciado principalmente por la permanente circulación de buses y camiones de alto tonelaje y las corrientes subterráneas de agua.

No se trata de una preocupación menor, pues no solo perjudican la normal circulación de los vehículos y acentúan su deterioro en gran medida, sino que además son causa de accidentes de tránsito, por cuanto los conductores muchas veces invaden el carril contrario o frenan de golpe para evitar los huecos. Adicionalmente, constituyen un riesgo para los peatones, quienes pueden tropezar o incluso caer dentro de estos huecos cuando son profundos, ya sea por distraídos, por efectos del alcohol, o por tratar de esquivar a los automóviles.

De allí la necesidad de que las autoridades municipales, en coordinación con la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (responsable de la instalación de las alcantarillas en la ciudad), redoblen sus esfuerzos para evitar la proliferación de estos peligrosos baches.