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Jorge Wavreille OMI (1930-2017)

Jorge Wavreille nació en Bélgica en enero de 1930. Llegó a Bolivia en 1957, a los 27 años, y aquí se quedó hasta su muerte. Desde 1967 fue párroco de una iglesia de la zona urbana periférica de Achachicala. Murió cerca de la medianoche del martes 19 diciembre pasado, pocas semanas antes de cumplir 88 años.

En 1979 creó el Centro de Cultura Popular (CCP) para mujeres de sectores populares. En 2012, este centro ya tenía 23 filiales, instaladas principalmente en los “barrios de verdad” de las periferias urbanas de La Paz y en El Alto. Allí muchas mujeres han aprendido a conocer sus derechos, administrar sus recursos, convertirse en líderes y crear grupos autogestionarios que mejoran su autoestima. Hasta 1985 utilizaban como “anzuelo” una ayuda alimentaria mensual. Aquel año Cáritas ya se había retirado, pero cada semana se reúnen en algún centro, decidido por la junta de vecinos, para decidir a qué urgencias van a dedicar su plata. Todas son amas de casa con su zampoña de hijos.

Esta era desde entonces su actividad central. Durante el gobierno de la Unidad Democrática y Popular (UDP, 1982-1985), faltaban alimentos en los puntos de abasto. Entonces crearon el almacén Luis Espinal Camps, para combatir la escasez de alimentos durante el día, puesto que por las noches, aprovechando la hiperinflación y la especulación, los productos aparecían en las tiendas con precios exorbitantes.

En enero 1974 ocurrió la llamada Masacre del Valle, en Tolata, Cochabamba. Jorge, junto con el sacerdote dominico Eric de Wasseige (otro belga-boliviano), entonces presidente de Justicia y Paz, recogieron testimonios, en gran medida de la prensa, pero también personales, que fueron publicados ese mismo año. Al Gobierno militar le molestó esa publicación, mucho sobre todo por la foto de la tapa y desterró a los dos editores (Eric y Jorge) hasta la frontera de Desaguadero. Después, cuando pudieron retornar, siguieron cada uno en su trabajo, hasta que Eric murió de imprevisto el 2 de abril de 2010. Era Viernes Santo, el único día del año en que no hay misa propiamente dicha, todos llorando y meditando la muerte de Cristo. Esa vez sí tuvimos la misa, pese a ser Viernes Santo. La dijo Jorge.

Cada año, el 23 de marzo las mujeres de su Centro de Cultura Popular organizan una romería desde la curva de Achachicala en la autopista, hasta el hoy barrio de Las Nieves, camino hacia el nevado Wayna Potosí, donde los militares asesinos dejaron botado el cuerpo, baleado y torturado, de Lucho Espinal en lo que entonces era solo un basural. Cada vez que había alguna marcha del campo a la ciudad, por ejemplo las marchas en defensa del TIPNIS, me lo encontraba en medio de la gente y sus grupos de mujeres.

Como antes señalé, Jorge falleció semanas atrás, faltándole solo días para cumplir sus 88 años. Fui a su velorio, lleno de la gente que le conocía, sobre todo de esos barrios de verdad a los que dedicó la mayor parte de su vida. Llegó directo al cielo para ver, por fin, en vivo y en directo cómo se le recibe a quien ha dedicado su vida a los barrios de la periferia pobre de la ciudad de La Paz. ¡Qué bellísima Nochebuena habrá pasado allí!, acompañado de nuevo por Lucho Espinal, por los dirigentes mineros, por Domitila Chungara, Federico y Filemón Escobar, su compañero oblato Gregorio Iriarte, el dominico Eric de Wasseige y un largo etcétera de tantas y tantos con los que tanto hemos compartido durante tantos años…