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La buena salud del sistema financiero nacional

Los principales indicadores del sistema financiero de 2017 nos permiten ratificar su buena salud.

/ 18 de enero de 2018 / 04:00

Cuidar nuestro sistema financiero con rigurosa diligencia y eficiencia no solo es responsabilidad de Asfi, sino también de las entidades financieras, como directas prestadoras de servicios en este rubro, y de los demás participantes del mercado financiero, como es el de valores, seguros y divisas, entre otros. Pero no hay que dejar de mencionar que esta delicada tarea tiene una importancia decisiva para la estabilidad macroeconómica del país. O más bien, con total convicción podemos destacar la relevancia de la implementación del modelo de economía plural, que ha generado un entorno macroeconómico favorable y, por supuesto, ha hecho posible que actualmente existan condiciones propicias para la estabilidad del sector financiero.

Para satisfacción y tranquilidad de todos, los resultados de los principales indicadores del sistema financiero a la conclusión de la gestión 2017 nos permiten ratificar, una vez más, su buena salud, que además está acompañada de un crecimiento sostenido de la banca. Haciendo un análisis comparativo con la gestión 2016, los depósitos del público se han incrementado en un 10%, lo que significa un crecimiento de tres veces más, considerando que en 2016 se registró un ascenso solo del 3%.  

Asimismo, la cartera de créditos registró un aumento del 13% el 2017. Si bien en términos porcentuales hubo un crecimiento menor que el 2016, siguió ampliándose hasta alcanzar los Bs 152.061 millones, de los cuales el 41% se destinó a la implementación de importantes políticas públicas de acceso al financiamiento del sector productivo; y cerca del 11% al crédito de vivienda de interés social, posibilitando que 14.450 familias adquieran su primera vivienda, con tasas accesibles fijadas mediante decreto supremo, para garantizar que este acceso al financiamiento se dé en condiciones razonables para los prestatarios.

Desde hace siete años el promedio del indicador de mora se mantiene como uno de los más bajos de la región, al cerrar el 2017 con un 1,7%; porcentaje menor al registrado en Perú (4,7%), Colombia (4,3%), Uruguay (3,7%), Brasil (3,7%), Chile (1,9%) y Argentina (1,8%). Ello, acompañado de un comportamiento óptimo de previsiones, ha mantenido la estabilidad y solidez del sistema.

Empero, no podemos dejar de referirnos  al fraude de Bs 37,6 millones perpetrado contra el Banco Unión SA censurando las opiniones expresadas al respecto por la clase política que, con una total falta de conciencia y responsabilidad con nuestro sistema financiero (y por ende con nuestro país), no tuvo reparo alguno para pregonar que este hecho delictivo era la “punta de iceberg”, sin duda con el propósito de generar especulación para hacer creer falsamente que habría un problema mayor en la entidad financiera. Una vez más fuimos espectadores del accionar de una clase política sin conciencia, que en su búsqueda por lograr la derrota del adversario y alcanzar algunos réditos muy disminuidos utiliza cualquier mecanismo para infundir miedo e incertidumbre en la población, y de esta manera afectar su confianza no solo en una entidad financiera, sino en todo el sistema financiero nacional.

Lo cierto es que, para desazón e infortunio de unos cuantos y bienestar de la mayoría de los bolivianos, lejos estamos de volver a sufrir las consecuencias de vivir en una nación sin crecimiento y con una inflación alta como la registrada en los años 80, cuando se nos pedía soportar las medidas políticas de emergencia y la aguda crisis que agobiaba a nuestro país, para lograr recuperar la económica nacional.

Hoy tenemos razones suficientes para mirar hacia adelante y continuar avanzando con mayores desafíos, no solamente para mantener de manera sostenida la buena salud del sistema financiero y cuidar celosamente la confianza de la ciudadanía en las entidades financieras, sino también, contribuyendo a las profundas transformaciones de nuestro Estado Plurinacional de Bolivia.

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Los riesgos financieros

Tenemos que convivir con la posibilidad de que ocurran hechos delictivos de fraude bancario.

/ 12 de noviembre de 2017 / 12:48

No resulta fácil admitir que la dinámica de los mercados financieros tiene muchas fallas, por eso en el mundo no existe sistema financiero perfecto. Por ende, las entidades financieras también están expuestas a una gama de riesgos que son propios de la actividad de intermediación financiera. Es decir que no se puede evitar que ocurra un evento de riesgo en una entidad financiera, solo se puede disminuir la posibilidad de ocurrencia de un evento adverso que le origine pérdidas, a través de una adecuada gestión integral de riesgos, que hace que un riesgo inherente se convierta en riesgo residual.

Cuando se menciona la palabra “riesgo”, implícitamente se asocia dicho término con un posible peligro, daño, siniestro o pérdida. Por ello no es fácil explicarle al ciudadano de a pie que la posibilidad de que ocurra una pérdida en una entidad financiera sea una realidad latente, pues inmediatamente le genera una sensación de inseguridad y desconfianza. Más aún cuando la historia de la banca privada y estatal en nuestro país se encuentra marcada por episodios oscuros, que van desde la entrega de créditos vinculados (que originaron una ola de quiebra de bancos en los 90), hasta el desmantelamiento de la banca estatal debido a problemas de corrupción e ineficiencia en la administración; lo que por ejemplo ocasionó el cierre de los bancos Agrícola de Bolivia, Minero de Bolivia y del Banco del Estado, entre otros.

En este contexto histórico, en un principio fue todo un desafío para el Gobierno Nacional romper con estos paradigmas heredados del pasado y generar credibilidad y confianza en la población, no solo en la gestión transparente y eficiente del Banco Unión S.A., sino lograr que el entonces único banco con participación mayoritaria del Estado (ya que el Banco de Desarrollo Productivo aún no estaba funcionando como tal) pueda competir sanamente y en igualdad de condiciones con la banca privada, pero además, garantizando su rentabilidad y la generación de utilidades.

Durante estos años, los esfuerzos institucionales del banco de los bolivianos para alcanzar estos desafíos fueron importantes y necesitaron de una adecuación dinámica de sus políticas, estructura y tecnología, con una visión de crecimiento a largo plazo, pero fundamentalmente con la misión institucional de contribuir al desarrollo económico y social del país, a través de la implementación de políticas públicas que garanticen el acceso universal a servicios financieros.

Empero, así como no está bien minimizar el hecho delictivo de apropiación indebida de fondos financieros cometido de manera deliberada por un mal funcionario (Juan Pari) que desfalcó Bs 37,6 millones al Banco Unión, tampoco está bien dejar de lado todos los avances y logros conseguidos por esta entidad financiera, hasta lograr su afianzamiento como una de las más sólidas y solventes del sistema financiero nacional.

Debemos tener siempre presente que la posibilidad de que ocurra un fraude crediticio, un fraude interno, externo o cualquier otro evento de pérdida en las entidades del sistema financiero está latente debido a la naturaleza del negocio. Lamentablemente, tenemos que convivir con la posibilidad de que ocurran hechos delictivos de fraude bancario, en algunos casos con la autoría o complicidad del personal de las entidades financieras, que aprovechando el conocimiento y la información institucional, no pierden la oportunidad para vulnerar los mecanismos de control interno y delinquir. Precisamente, ello justifica que cuatro de los seis nuevos tipos penales incorporados en el capítulo de Delitos Financieros de la Ley 393 de Servicios Financieros estén dirigidos a sancionar conductas antijurídicas de directivos o empleados de entidades financieras, incluso con sanciones más severas que otros delitos de índole económica.

Sin duda, el desafío para las entidades del sistema financiero está en fortalecer la gestión y el control de estos riesgos de manera efectiva, en función a su naturaleza, tamaño y complejidad de sus operaciones. En tanto, la buena salud del sistema financiero se mantiene estable, sólida y solvente. Se continúa registrando buenos niveles de crecimiento en las operaciones de depósitos del público, con un incremento del 8% en relación a la pasada gestión; y en cartera, con un crecimiento del 17%. Seguimos registrando uno de los más bajos índices de mora en la región (1,9%) y altos niveles de cobertura en previsiones. El coeficiente de adecuación patrimonial (CAP) se mantiene muy por encima del mínimo del 10% exigido por la Ley 393 de Servicios Financieros, y las utilidades representan niveles de rentabilidad de 1,3% de los activos y 16,2% del patrimonio.

Es directora de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi).

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La Paz, fortaleza del sistema financiero

La colocación de estos créditos le da mayor dinamismo a las actividades económicas del departamento.

/ 14 de julio de 2017 / 04:28

Aprovechando la celebración del 16 de julio, fecha histórica en la que recordamos los 208 años del grito libertario del departamento de La Paz por la lucha de nuestra independencia y soberanía, es meritorio saludar, felicitar y reconocer a esta valerosa región, por su aporte y contribución en la obtención de indicadores saludables en el sistema financiero.

Es así que la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) se complace en dar a conocer que los depósitos del público de La Paz, captados por las entidades de intermediación financiera al 30 de junio del presente año, sumaron a Bs 70.752 millones, más de cinco veces el nivel observado en la gestión 2005. Ese monto representa el 47,4% del total de depósitos en el sistema financiero nacional, constituyéndose en el primer departamento en captaciones. Con respecto a mayo del pasado año, los depósitos del público aumentaron en Bs 4.996 millones equivalente a un crecimiento de 7,6%, impulsado principalmente por el incremento de los depósitos a plazo fijo (DPF) en un 18,1%.

Los DPF ascendieron a Bs 42.282 millones a mayo del presente año, seis veces más que el valor registrado en 2005. Vale decir, que el 59,8% de los depósitos de La Paz están concentrados en DPF; el 22,3%, en cajas de ahorro; el 15,5%, en depósitos a la vista; y el 2,4%, en otro tipo de depósitos. Esta información, relacionada con el incremento de la capacidad de ahorro, evidencia que los ciudadanos de La Paz son una fortaleza positiva para el sistema financiero.

Con relación a la cartera de crédito colocada por el sistema de intermediación financiera, al 31 de mayo registró un saldo de Bs 36.343 millones, equivalente a más de cuatro veces el monto observado en diciembre de 2005. La colocación de estos créditos contribuye a darle mayor dinámica a las actividades económicas en el departamento. Es así que el 37,7% de la cartera corresponde a microcréditos (Bs 13.737 millones), seguido del crédito de vivienda con un 22,6% (Bs 8.219 millones), del crédito empresarial con el 16,5% (Bs 5.981 millones), crédito PYME con 12,8% (Bs 4.669 millones) y crédito de consumo con 10,3% (Bs 3.737 millones). A la misma fecha, el crédito para el sector productivo fue de Bs 13.169 millones. De este monto, la actividad manufacturera representa el 41,4% (Bs 5.447 millones), seguida por el sector de la construcción con el 33,2% (Bs 4.369 millones), y el sector de agricultura y ganadería con el 13% (Bs 1.707 millones), entre los principales.

La cartera de créditos de vivienda de interés social para La Paz alcanzó a Bs 2.720 millones, que representan el 7,5% de la cartera total de la región. Desde la vigencia del DS 1842 se realizaron 9.269 operaciones de crédito de vivienda entre nuevas y operaciones renegociadas con las tasas de interés que establece la normativa.

A junio del presente año, La Paz contó con 1.642 puntos de atención financiera (856 cajeros automáticos y 786 agencias, sucursales y otros). Con relación a diciembre de 2007, los puntos de atención financiera en el departamento aumentaron en más de tres veces, es decir, 1.141  puntos de atención adicionales, reflejando una mayor cobertura de los servicios financieros.

Todos estos indicadores positivos nos muestran claramente que la salud de la economía del país y, en este caso en particular del departamento de La Paz, está atravesando por un buen desempeño financiero, cuya fortaleza y estabilidad se deben a las políticas implementadas, durante 11 años, por el gobierno del presidente Evo Morales y el proceso de cambio que vive Bolivia. Felicidades a todos los paceños y no paceños que viven en esta región del país, símbolo de la integración boliviana.

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