Humedales
Los humedales suministran bienes y servicios indispensables para la vida y el desarrollo de las sociedades.
Hoy, 2 de febrero, se celebra el Día Mundial de los Humedales, conmemoración que es aprovechada por organismos y sociedades ambientalistas para promover una mayor sensibilidad en la sociedad civil respecto a las cualidades, funciones y beneficios de estos ecosistemas, esenciales para la buena salud del planeta y de los centros urbanos.
Los humedales se caracterizan por su alto grado de saturación, lo que les permite retener grandes cantidades de agua en los suelos. Son humedales las riberas, lagos, pantanos, charcos y acequias; así como los estanques artificiales de tratamiento de aguas residuales y los embalses. Por su alta capacidad de absorción y permeabilidad, promueven el desarrollo de la flora y la supervivencia de múltiples especies.
Además, actúan como esponjas que retienen agua durante las temporadas lluviosas, por lo que contribuyen a amortiguar las inundaciones y a mantener las reservas líquidas durante las épocas secas. Son asimismo primordiales para la conservación de los procesos ecológicos que limpian el agua y reciclan los nutrientes, ya que albergan bacterias, algas, hongos, plantas y otros microorganismos que intervienen en los procesos de purificación. Por otra parte, proveen alimentos a un buen porcentaje de la población (por ejemplo peces), así como al resto de los animales. De igual manera resultan fundamentales para los cultivos tradicionales y agroindustriales, y no solo por la provisión de agua, sino también por los nutrientes que proporcionan.
Sin embargo, a pesar de todos estos beneficios, no se les suele dar la importancia que merecen. Una de las razones de esta falta de valoración deviene de la percepción errónea del agua como un recurso inagotable, cuando en realidad su preservación depende de la calidad de estos ecosistemas. De allí que su descuido se esté traduciendo en un déficit cada vez mayor de agua dulce disponible en todo el mundo.
Por ejemplo en Bolivia, según alerta un reciente estudio del Banco Mundial, al menos 11 cuencas hídricas se encuentran severamente contaminadas por efecto de la minería. Y lo propio ocurre con al menos 21 fuentes de agua potable que abastecen a extensas poblaciones del occidente del país. Es el caso del lago Titicaca, cuya biodiversidad y capacidad de autolimpieza están seriamente amenazadas por el colosal desecho de aguas residuales e industriales que desembocan sin tratamiento en sus afluentes, provenientes de ciudades bolivianas y peruanas. A ello se suman metales pesados y sustancias tóxicas generadas por las operaciones mineras aledañas.
Por todo ello, es de esperar que la celebración de hoy sirva para cambiar la perspectiva que hoy impera respecto a la importancia del capital natural de nuestros bosques y humedales, cuya preservación muchas veces es entendida como un escollo para el progreso, cuando en verdad ocurre todo lo contrario.