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Canchas tomadas

Según se alerta en un reportaje publicado el jueves en este diario, en El Alto existen 847 canchas municipales, de las cuales únicamente 22 son administradas por la Alcaldía. El resto (825) son manejadas por juntas vecinales o ligas deportivas barriales, las cuales lucran con estos campos deportivos y establecen restricciones sin rendir cuentas a la municipalidad.

De acuerdo con los vecinos, esta exclusión habría sido iniciada con la instalación del pasto sintético en las canchas de barrio que antes eran de tierra, gracias al programa “Bolivia cambia, Evo cumple”. Y es que el acondicionamiento de estos escenarios deportivos no solamente habría reforzado el interés por practicar el fútbol y otras disciplinas entre los adultos, sino también la angurria de algunos sectores y dirigentes vecinales.

Con el paso de los años la influencia de estos grupos sobre las autoridades locales se habría incrementado, al extremo de conseguir la aprobación, en 2011, de la Ordenanza Municipal 053, la cual otorga la administración de los escenarios deportivos multidisciplinarios (categoría B) y de las canchas de barrios (categoría C) a las organizaciones sociales, llámense juntas vecinales o ligas de barrios.

Desde entonces, además de organizar campeonatos deportivos (aproximadamente 200 en toda la urbe) en los que los equipos de barrio deben pagar cierto monto de dinero para poder participar, los dirigentes cobrarían entre Bs 50 y Bs 150 por una hora de alquiler para poder jugar en estas canchas “municipales”. Un monto nada despreciable si se toma en cuenta que, como antes se mencionó, 825 de estos campos estarían en manos de las organizaciones sociales. A pesar de ello y de la gran cantidad de dinero que estos espacios generan, los beneficios en favor del gobierno municipal por el alquiler de estas canchas serían ínfimos, si es que recibe algunos.

Pero lo peor de todo es que la gran mayoría de los niños no cuentan con los recursos para pagar el alquiler de estas canchas, que se supone son de dominio público. Y si bien existen algunas normas que establecen que los niños deberían poder disfrutar de estos espacios de manera gratuita al menos dos horas en la mañana y otras dos en la tarde, de lunes a viernes, en la mayoría de los casos esta disposición no se cumple. Y en aquellos que sí se lo hacen, las horas son totalmente inconvenientes, por ejemplo, entre las 06.30 y 08.00, y a partir de las 19.00, cuando el sol se ha escondido, hace frío y resulta peligroso que los pequeños anden solos por las calles.

En resumidas cuentas, quienes más se benefician de las canchas municipales en El Alto hoy en día no son los más jóvenes, como correspondería, sino los adultos, y en especial los dirigentes vecinales. De allí la importancia de que vuelvan nuevamente a manos del Estado, de tal manera que sean administrados de manera más transparente, pero también y sobre todo, de forma más equitativa.