Festividades deterioradas
Han pasado 17 años de la declaratoria del Carnaval de Oruro como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y Cultura (Unesco). Con esta nominación también quedó inscrito el compromiso permanente de conservar, salvaguardar, difundir y precautelar los valores culturales de esta importante manifestación cultural boliviana.
Según los documentos presentados por el país y valorados por la Unesco, el Carnaval de Oruro está compuesto por ceremonias (rituales andinos y cristianos) colmadas de creatividad. Esto hace que la festividad sea una referencia cultural internacional y sobre todo un importante atractivo turístico para Bolivia.
Aproximadamente unas 400.000 personas, entre devotos, espectadores y visitantes, llegan a Oruro durante las carnestolendas en una masiva movilización humana que obliga a las instituciones públicas, bajo la coordinación de la municipalidad, a planificar y regular las actividades relacionadas con la provisión de servicios turísticos, tales como la alimentación, hospedaje, recreación y seguridad, entre otros. Del éxito de estas actividades depende también la consolidación de Oruro como destino turístico.
Ahora bien, la presunta explosión de una garrafa en un punto de venta de comida callejera a escasos 100 metros del desfile folklórico el sábado anterior (al menos esa es la información preliminar proporcionada por la Policía), y la posterior detonación de un explosivo en la misma calle (Bakovic) ponen en evidencia los vacíos en el control y la regulación de la festividad. Peor aún, es una señal seria de ausencia de coordinación interinstitucional para una fiesta internacional. Esta debilidad puede deteriorar con los años la imagen de un destino turístico del país, y peor aún si se toma en cuenta la declaratoria de la Unesco. En este escenario surgen diversos cuestionamientos: ¿cuáles son las estrategias efectivas de conservación, salvaguarda y difusión del Carnaval de Oruro? ¿Existe una verdadera conciencia del valor patrimonial del Carnaval? ¿Cuáles son las estrategias de planificación efectiva de tan importante acontecimiento?
Las imágenes de calles en mal estado y llenas de basura, la congestión vehicular, tragedias por la mala infraestructura y la falta de capacitación a los prestadores de servicios son síntomas de un Carnaval deteriorado. Similares realidades se evidencian con otras festividades (Urkupiña, Gran Poder) que buscan gestionar reconocimientos internacionales ¿Cuál el verdadero objetivo? ¿Buscamos un reconocimiento a nuestros valores culturales o tan solo fines económicos?
Lo que sí es posible afirmar es que este tipo de tragedias pueden repetirse si es que no empieza a tomar con seriedad y conciencia la organización integral de estas fiestas y acontecimientos.