Voces

Thursday 19 Sep 2024 | Actualizado a 17:54 PM

La mujer no es solo un cuerpo

¿Quién, al contacto con un hombre torpe, no se ha dejado llevar por el sueño de estar con otro?

/ 17 de febrero de 2018 / 04:13

El pasado 10 de enero, el periódico Le Monde publicó un artículo titulado Mujeres liberan otra voz, firmada por otras cuatro escritoras (Sarah Chiche, Catherine Robbe-Grillet, Peggy Sastre y Abnousse Shalmani) y yo. De inmediato, más de un centenar de mujeres (artistas e intelectuales, pero no solo) aceptaron firmar el texto, entre ellas Catherine Deneuve. En los días sucesivos, los principales diarios de todo el mundo nos pidieron entrevistas. De pronto empezaron a oírse otras voces además de la única que estaba alzándose hasta entonces, la que reclamaba “denunciar a tu cerdo” y alimentaba el tsunami del movimiento #Metoo.

La idea de publicar aquella carta nació tras el comentario de un editor de que, en el clima actual, ya ninguno de sus colegas se habría atrevido a publicar mi libro La vida sexual de Catherine M. La observación nos sorprendió y nos inquietó. El libro, editado en 2001, había tenido un enorme éxito nacional e internacional. Durante la polémica suscitada por la publicación de nuestro manifiesto, me han reprochado varias veces una declaración mía en el sentido de que casi lamento no haber sufrido yo una violación, para demostrar con mi ejemplo que es posible superar el trauma. No es una declaración hecha ayer, sino algo que he dicho a menudo, en entrevistas y actos públicos, y, por supuesto, siempre hablaba en mi propio nombre, en el de Catherine Millet, es decir, a partir de la experiencia de la sexualidad que yo tenía y que había narrado en mi libro. Por eso no está de más que recuerde su contenido.

He tenido muchas parejas; algunos han sido amigos míos durante años, otros eran desconocidos y han seguido siéndolo, hombres que me encontré por casualidad y a los que apenas entreví el rostro. De aquella forma de vivir guardo el recuerdo de momentos excitantes, alegres, felices. Por supuesto, una vez comenzada la relación sexual, alguna pareja resultó decepcionante o desagradable e incluso repugnante. En esos casos, el hombre solo tenía acceso a mi cuerpo, porque mi espíritu se mantenía apartado y no conservaba ninguna huella que pudiera atormentarlo. ¿Qué mujer no ha experimentado esa disociación de cuerpo y espíritu? ¿Quién no se ha rendido a su marido o su amante mientras tenía la cabeza llena de preocupaciones cotidianas? ¿Quién, al contacto entre su piel y la de un hombre torpe, no se ha dejado llevar por el sueño de estar con otro? Yo incluso tengo una pequeña teoría al respecto: creo que la mujer (o el hombre) que recibe la penetración dispone de esa facultad más que quien penetra.

Si me hubiera visto forzada brutalmente a mantener una relación sexual con un agresor o varios agresores, no habría opuesto resistencia, pensando en que la satisfacción del impulso aplacaría el instinto violento. Por más repugnancia que sintiera, o miedo a otro tipo de violencia —la amenaza de un arma—, me atrevo a pensar que habría aceptado que mi cuerpo se sometiera, consciente de que mi espíritu seguiría siendo independiente, que mantendría su integridad y me ayudaría a relativizar la posesión de mi cuerpo. ¿Acaso no es el mismo tipo de protección mental al que recurren las prostitutas, quienes no escogen a sus clientes?

Ya que estoy expresándome a título personal, debo añadir que, en mi opinión, esta actitud se debe a un trasfondo católico que nunca me ha abandonado del todo y que me enseñó que el alma prevalecía sobre el cuerpo. Hace mucho tiempo que dejé de creer en Dios, y nunca utilizo la palabra “alma”, pero sigo estando totalmente convencida de que mi persona no es lo mismo que mi cuerpo, sino que reside en una consciencia (y en un inconsciente, pero ese es otro tema) que tiene cierto poder sobre el cuerpo. Hay un texto sobre estas cuestiones que puede ser útil leer, un fragmento de La ciudad de Dios de San Agustín. Este padre de la Iglesia toma el ejemplo de Lucrecia, la mujer de la antigua Roma que prefirió suicidarse antes que sobrevivir a una violación, y escribe: “Este ataque (se refiere a la violación) no arrebata al alma la pureza que defiende”. También dice que quienes “matan el cuerpo no pueden matar el alma”.

Luego va más allá e incluso supone que, “víctima de una violencia irresistible”, Lucrecia tal vez “se dejó arrastrar por el placer”. Pero no la condena. San Agustín no era uno de esos burdos misóginos que, hasta hace no demasiado tiempo, sospechaban que las mujeres violadas, en realidad, habían sido consentidoras secretas. Más bien, encuentro un eco de su pensamiento en la opinión que dio recientemente el filósofo Raphaël Enthoven en la emisora Europe 1 a propósito de una frase de la antigua actriz porno Brigitte Lahaie, hoy presentadora de radio y firmante de nuestra carta, que causó gran escándalo: “Siempre se puede disfrutar de una violación”. Enthoven recordó que, en efecto, “técnicamente, se puede experimentar un orgasmo durante una violación, lo cual no significa que la víctima dé su consentimiento”, y que es un error ocultar esa realidad, porque el trauma puede agravarse por el sentimiento de culpa. También dio la razón a otra frase de Lahaie, que “el cuerpo y el espíritu no siempre coinciden”. Dicen que es frecuente que las víctimas de violación tarden en denunciar la agresión por vergüenza. Esta disociación podría ayudarlas a superarla.

Nuestro manifiesto no aspiraba más que a recordar que no todas las mujeres reaccionan de la misma forma a las agresiones masculinas. Que, si bien la violación es un crimen y el acoso es un delito (condenados por la ley, es decir, por todas y todos), no percibimos de la misma forma los gestos y actos sexuales, porque no existe nada más individual ni que diferencie de manera más íntima y profunda a cada persona que la relación que tiene con su propio cuerpo y la moral sexual que se forja a lo largo de la vida.

No se nos puede reducir a un cuerpo, y me sorprende que se haya utilizado tan poco en los recientes debates la palabra resiliencia. La resiliencia es la capacidad del ser humano de recuperarse después de un trauma. Los juicios por violación suelen ser largos y muy difíciles para las víctimas porque, hasta llegar a que se haga justicia, las obligan a remover sus recuerdos más dolorosos. Por eso me parece tan importante decir y repetir que existen otros modelos aparte de los que atan la psique y el cuerpo, y que dichos modelos pueden ayudar a las mujeres encerradas en su sufrimiento. Nuestro manifiesto recogió numerosas firmas, muchas de ellas acompañadas de testimonios espontáneos de mujeres que habían sufrido agresiones sexuales, pero que se alegran de haber podido superarlas, a veces incluso olvidarlas, para vivir hoy una vida amorosa y sexual equilibrada. Esas mujeres son un ejemplo digno de seguir. ¿Había que negarles la palabra de la que se quiso hacer eco nuestra carta?

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Revistas, tinta, papel

Peter Coy

Por Peter Coy

/ 19 de septiembre de 2024 / 12:10

Pasé casi 32 años escribiendo para BusinessWeek y su revista sucesora, Bloomberg Businessweek, antes de unirme a The Times en 2021. Así que la semana pasada me sorprendió saber que el semanario que amo ya no será semanal. En un memorándum a los empleados, Bloomberg anunció que la revista impresa se reintroducirá el próximo año como un «producto mensual premium». La buena noticia es que el equipo detrás de la revista permanecerá prácticamente intacto. El memorándum decía que el personal intensificará su producción de audio, video y eventos y continuará enfatizando el “periodismo ambicioso de larga duración”; “larga duración” es un término artístico para “largo”. No se han anunciado despidos.

Entrevisté a Joel Weber, mi exjefe, que ha sido el editor de la revista durante los últimos seis años. Como prueba de que el producto tiene una gran demanda, señaló un nuevo programa de televisión y podcast de la marca Businessweek, así como un gran número de lectores de historias de Businessweek en el sitio web de Bloomberg y Apple News+.

Es un pensamiento alentador. Aún así, el comienzo de una nueva era significa el fin de una antigua y atesorada. El primer número de lo que entonces se llamaba The Business Week apareció el 7 de septiembre de 1929, apenas siete semanas antes de la caída del mercado de valores que marcó el comienzo de la Gran Depresión. Desde entonces ha sido semanal. La economía estuvo desde el principio en el centro de la cobertura del semanario. The New Yorker, The Economist, People, The Week y algunos otros todavía están intentando publicarse como semanarios impresos, pero la lista de publicaciones independientes que aparecen cada semana se está reduciendo.

En esta era de comunicación casi instantánea, resulta ligeramente ridículo que la gente siga cultivando árboles, talándolos, fabricando papel, etc., etc. Los costos de impresión y envío por correo se han disparado en los últimos años. Y muchos lectores más jóvenes no han desarrollado el hábito de leer revistas impresas. (La circulación semanal auditada de Businessweek se redujo a 229.000 en el segundo trimestre, desde alrededor de 1 millón en su punto máximo).

El dilema para los editores de revistas impresas es que reducir costos al pasar a internet también reduce profundamente los ingresos, ya que los anuncios en línea son más baratos que los impresos. También es difícil cobrar tanto por las suscripciones digitales como por las impresas, me dijo Rick Edmonds, analista de negocios de medios del Instituto Poynter. Además, es más difícil destacar en la cacofonía de internet que cuando su publicación está en la mesa de café.

Dicho esto, el cambio de Businessweek a una frecuencia mensual es parte del amplio cambio en el periodismo hacia la publicación exclusivamente electrónica. Como me dijo Weber sobre Businessweek, «tenía más sentido invertir digitalmente que invertir en el producto impreso».

Bloomberg no ha dicho todavía si Businessweek cambiará su nombre una vez que se convierta en un nombre inapropiado. Shepard me dijo que cree que debería seguir siendo Businessweek en honor a sus raíces. Tiene razón: 20th Century Fox no cambió su nombre cuando cambió el siglo, ni tampoco 7-Eleven cuando sus tiendas comenzaron a permanecer abiertas toda la noche, y las tiendas de un dólar ahora cobran más de un dólar.

Peter Coy
es columnista de The New York Times.

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Intervenciones urbanas

Patricia Vargas

/ 19 de septiembre de 2024 / 12:07

La mayoría de las ciudades del planeta cuentan con diversas culturas, las cuales han influido en su planificación bajo una visión de la modernidad.

Evidentemente, no todas las urbes deben seguir el modelo de las ciudades globales, ya que cada una alberga sociedades diferentes. Por ello, sus culturas deberían ser concebidas y plasmadas mediante intervenciones urbanas con cualidades únicas.

Lo interesante es que esto deja claro que lo fundamental en la conceptualización es incorporar las particularidades culturales, pues así se ofrecería una respuesta adecuada a la vida urbana actual.

Es importante recordar que en los años 70 la arquitectura en algunos países empezó a establecer una relación más estrecha con el urbanismo. De ahí que algunos estudiosos sostienen que fue en ese periodo cuando la separación entre las disciplinas del urbanismo y el diseño arquitectónico se hizo realidad. Esto se debió a la efervescencia de la vida urbana en ciertas ciudades, que llevó a la arquitectura a mantener, en algunos casos, una conexión significativa con una cotidianidad citadina fuertemente interactiva.

Hoy, resulta llamativa la afirmación de ciertos pensadores contemporáneos en sentido de que la arquitectura supo comprender a la ciudad, no solo para las nuevas producciones arquitectónicas, sino también para aprovechar la realidad de la vida urbana contemporánea y, a partir de ello, proyectar obras singulares de arquitectura conectada a la ciudad.

De este modo, las obras valiosas de las metrópolis aportarían un carácter singular al espacio público. Un criterio que posiblemente lleve a los urbanistas a cuestionarse si el vínculo entre lo urbano y la arquitectura debería ser verdaderamente interactivo.

La Paz debe dejar de centrarse únicamente en obras arquitectónicas atractivas, ya que fuera de ellas existe una ciudad que anhela una cotidianidad urbana verdaderamente dinámica. Este desafío invita a proyectar determinados puntos como lugares cualificados para la vida efervescente de la ciudadanía.

Por otra parte, tampoco se puede ignorar que para otros expertos en urbanismo, la separación entre las disciplinas urbanas y el diseño arquitectónico es un error, ya que, según su perspectiva, ambas deberían mantener una relación interactiva.

Actualmente, en las grandes ciudades, la arquitectura es un componente esencial del diseño urbano. De ahí que conviene recordar que fue la impulsora de la vibrante vida de la ciudad contemporánea, especialmente en las metrópolis del primer mundo.

Desde esta óptica, resulta evidente que la ciudad debe comprender a su sociedad y diseñar intervenciones urbanas que sean relevantes y ajustadas al contexto local, de manera que respondan adecuadamente a las demandas expresadas por la comunidad.

Dado que la ciudad contemporánea está en constante transformación, es necesario intervenirla de manera parcial. La historia muestra que incluso en el movimiento moderno se pensaba que la urbe podía ser organizada dentro de un orden estructurado. No obstante, está claro que toda urbe moderna experimenta cambios continuos, que pueden originarse tanto en los espacios libres como en el paisaje.

Esto último se ha convertido en otro criterio que ha llevado a algunas ciudades contemporáneas, como en China, a proyectar unidades urbanas, cuya respuesta creativa es obtenida a través de ciertas intervenciones de paisaje.

Patricia Vargas
es arquitecta
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La prensa asesinada en Palestina

/ 18 de septiembre de 2024 / 09:56

El terrorismo mediático del “lobby sionista” hace que los medios hegemónicos no cubran las masacres y los asesinatos a periodistas palestinos, evidenciando la impunidad que tiene Israel, en callar la realidad del pueblo palestino; ya que hasta el presente son más de 170 periodistas palestinos asesinados en la Franja de Gaza, desde el 7 de octubre del 2023, cuando se llevó a cabo la Tormenta Al Aqsa, fecha en que recrudeció la aniquilación, el genocidio en Palestina.

Este poder mediático no sólo está silenciando las voces de los que se encuentran en el lugar de los hechos, sino también censurando a los medios de comunicación alternativa como la reciente decisión del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de cerrar la red panárabe Al Mayadeen en Cisjordania, calificándola como una organización terrorista.

A eso se suma, la nueva ola de acusaciones de EEUU a la cadena de televisión internacional de noticias RT (Russia Today), de tener, supuestamente, vínculos con los servicios de inteligencia rusos, y de querer imponerle nuevas sanciones, hasta llegar a su bloqueo indefinido; mismas que fueron desmentidas por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, quién ha denunciado que los periodistas rusos son objeto de “un auténtico ataque informativo terrorista de EEUU”; pues se trata de un “ataque a la libertad de expresión”, “un ataque a la profesión periodística” y “un ataque a la dignidad humana”.

Para nadie es desconocido que la mayoría de los mass media se encuentran bajo el control del poder económico, ligados a las multinacionales, a las jerarquías de poder, por ende, no sólo vemos la ausencia de la libertad de prensa, sino también el control del “lobby sionista”.

Todo ello, ya lo hemos manifestado en el libro: “Palestina entre piedras y misiles”, donde se demuestra que la mayoría de los medios del mundo se encuentran bajo la influencia de las políticas de Estados Unidos, y del “Lobby judío”, los que controlan y definen el rango noticioso que ocurre en el mundo; y esto lo vemos a diario en el discurso de complicidad en auspiciar el genocidio en Palestina, los que continúan llamando terroristas a los palestinos y al Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (Hamás), en la mayoría de los titulares de medios hegemónicos como la BBC, la ABC, France Presse, Associated Press o AP, CNN, The New York Times, Infobae, El Clarín, Unitel, entre muchos otros, son los que pertenecen a los holdings mediáticos, los gigantes emporios.

Este es el amordazamiento de los pueblos libres del mundo; pues ya lo hemos visto con las censuras de otros medios alternativos como lo son HispanTV, Al Manar, Press TV, SANA (Agencia Árabe Siria), Al Jazeera entre otros, los cuales al igual que Al Mayadeen, muestran al mundo las masacres israelíes y el trabajo de la Resistencia en Gaza, Cisjordania y Jerusalén, lo cual preocupa y molesta a toda la entidad agresora.

Israel en su fracaso de querer eliminar a los movimientos de resistencia Palestina, no solo utiliza el hambre como arma de guerra dejando en la inanición a los niños en Gaza, en Cisjordania, también el asesinato, ya que al presente en estos 11 meses ya son más de 42.000 palestinos muertos, la mayoría de ellos niños y mujeres, y ahora está utilizando el arma más poderosa que existe, los medios de comunicación de masas, censurándolos, controlando los contenidos, asesinando a las(os) periodistas palestinos, y a los que se encuentran informando desde el lugar.

Hoy más que nunca los medios alternativos independientes, las redes sociales, los medios digitales y los periodistas que se encuentran informando el genocidio en Palestina cumplen un rol muy importante en mostrar al mundo la verdadera realidad, no por nada la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) concedió su Premio Mundial de la Libertad de Prensa a todos los periodistas palestinos involucrados en la cobertura de la masacre israelí en Gaza, en ese entendido, la humanidad tiene una enorme deuda con los periodistas palestinos por su valentía y compromiso con la libertad de expresión.

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La paz de AMLO, la ira de Evo

Javier Bustillos Zamorano

/ 18 de septiembre de 2024 / 09:51

El expresidente Evo Morales y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador son dos dirigentes de izquierda que lograron cambiar los regímenes políticos de sus países, en beneficio de millones de sus compatriotas. Ambos dieron prioridad a los pobres y desprotegidos y pusieron freno a los poderosos. Son aliados y se respetan. Fue decisión personal de Andrés Manuel el rescate de Morales, luego del golpe de Estado de 2019, y cuando Evo estuvo en México en junio de este año, le agradeció de nuevo y ponderó el liderazgo de AMLO en Latinoamérica. Ambos pasarán a la historia de sus naciones, pero de una forma muy distinta, pues, así como los une su ideología, los separan sus convicciones y sus conceptos del poder y la política.

Ambos sustentaron sus gobiernos en la revocación de mandato y referéndums, como método de participación ciudadana en sus labores gubernamentales. Pero Evo no respetó el del 21 de febrero de 2016, cuando un 51,3 por ciento de los bolivianos le dijo no a su intento de reelección. AMLO sostiene que no hay nada con más autoridad que la voz del pueblo; que el pueblo pone y el pueblo quita, y que tiene, en todo momento, el derecho de cambiar la forma de su gobierno.

AMLO no cree en la reelección, cree más en la formación de nuevos líderes que continúen con el proyecto de nación. Promueve el relevo generacional. No cree en los dirigentes insustituibles. Cuando en sus giras la gente le pedía a gritos que extendiera su mandato, él firmó un documento notariado en el que se comprometió a no buscar la reelección.

En mayo de este año, Morales dijo que será candidato de nuevo por las buenas o por las malas, que para eso son las movilizaciones. AMLO dice que no hay que tener apego al poder ni al dinero: “el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud, cuando se pone al servicio de los demás. El poder es humildad y el poder es… el poder de decir adiós en su momento… uno de los principales errores de los dirigentes es no saber retirarse a tiempo”, escribió.

A López Obrador le robaron dos veces la presidencia, uno con fraude en 2006 y otro con compra masiva de votos en 2012, y en ninguno de estos casos llevó a cabo movilizaciones violentas que pusiera en riesgo a sus seguidores. Su arribo al poder en 2018 se llevó a cabo sin romper un solo vidrio, no obstante las circunstancias adversas. No bloqueó carreteras ni azuzó a sus seguidores a actuar con violencia. No incentivó paros ni huelgas, no perjudicó la economía del país ni los derechos de terceros.

“La no violencia es eficaz en el ejercicio de la política. Un dirigente con autoridad moral debe estar dispuesto a enfrentar los mismos riesgos que corre su gente; es aquel que puede poner en riesgo su vida, pero sabe que no tiene derecho a poner en riesgo la vida de los demás”, aconsejó.

Evo Morales es un líder indiscutible, pero le han hecho creer que es dueño del movimiento de transformación. Uno de sus exministros, Carlos Romero, llegó al extremo de decir que su poder es sobrenatural y que su liderazgo es mesiánico…

AMLO sostiene que “los dirigentes no somos lo más importante en un proceso de transformación, es el pueblo, el motor del cambio. Entonces, no hay derecho a que nadie quiera apropiarse de lo que es de todos, no me pertenece lo que yo contribuí para la transformación, y no le pertenece a nadie”.

Evo permitió que sus aduladores construyeran un museo en su honor y rindieran culto a su personalidad; AMLO rechazó indignado el ofrecimiento de inscribir su nombre con letras de oro en el muro de honor del congreso de su país. » No quiero que le pongan mi nombre a ninguna calle, a ningún parque, que no me hagan ningún monumento, que no le pongan mi nombre a ningún ejido, a nada… tengo palabra y lo más importante en mi vida es mi honestidad; no soy un ambicioso vulgar”, advirtió.

Hoy, AMLO empezará a recoger sus cosas del Palacio Nacional, pues el 1 de octubre se irá a una finca que tiene en Chiapas, luego de entregar la banda presidencial a su sucesora Claudia Sheinbaum. Ha pedido que no lo busquen ni para pedirle consejos, ya hizo lo que le tocó hacer. Se va satisfecho, en paz y feliz, mientras aquí, Evo, continúa sus embates para volver a ser candidato, inclemente y lleno de ira.

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Incendios forestales

Leydi Choque

/ 18 de septiembre de 2024 / 09:47

Día a día se va difundiendo información de cómo avanzan los incendios forestales en Bolivia, y es día a día que el dolor invade a los bolivianos, puesto que mediante las diferentes plataformas de redes sociales, cada persona se pronuncia según su sentir, y en la mayoría de los casos es un sentir de dolor, porque estamos perdiendo extensiones inmensas de áreas verdes, estamos viendo morir a miles de animales, una destrucción terrible de ecosistemas enteros, y sabiendo que todos los bolivianos estamos respirando un aire de mala calidad que nos afecta a la salud.

Todo este suceso, se pudo haber prevenido si el gobierno de Evo Morales no hubiera aprobado normativas, entre leyes y decretos supremos, que facilitan la deforestación y conceden vía libre para realizar quemas indiscriminadas que ocasionan incendios intencionales, porque no son accidentales. Estas leyes y decretos que la población ha bautizado como ‘leyes malditas’, han abierto las puertas para invadir y destruir de manera devastadora, cruel, sin conciencia. Y ahora estamos viviendo las consecuencias de tener un gobierno permisivo, que veló antes que nada por los intereses políticos partidarios antes que velar por el futuro de Bolivia.

En la presente actualidad seguimos gobernados por el Movimiento Al Socialismo, pero con distinto actor político que es Luis Arce, quien no realizó ninguna acción para abrogar y derogar todas las leyes incendiarias. Así mismo, tampoco se preocupó en controlar y dar cumplimiento a las normativas que van en defensa de la madre tierra, y esa falta de vigilancia nos está costando carísimo hoy en día. El presidente Luis Arce será recordado como el ecocida de la Amazonía, porque su accionar ante tremendo problema fue muy lento.

Es indispensable que el gobierno se enfoque verdaderamente en esta problemática, dando soluciones con acciones urgentes y con la mayor seriedad para adoptar medidas preventivas necesarias para evitar desastres ambientales. Necesitamos acciones inmediatas del gobierno, de la población, de todos, porque a todos nos afecta esta aniquilación de la flora y de la fauna.

Bolivia vive actualmente una de las peores crisis ambientales por incendios, y una de las mayores afectaciones de contaminación por humo a toda la población boliviana. Hagamos acciones en conjunto, porque este suceso es una lucha nacional que venimos arrastrando año tras año, cual si fuera un círculo repetitivo que se ha normalizado, y todas las acciones solo han sido paliativas. Dejemos de ser humanos depredadores, de contaminar, de ser indiferentes ante esta realidad tan dolorosa. Exijamos todos los días la abrogación y derogación de las leyes malditas porque es nuestro derecho, y no dejemos de luchar hasta fortalecer las normativas en favor de la madre tierra, porque defender a la madre tierra es defender la vida.

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