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Matanzas en Estados Unidos

De nueva cuenta, el dolor, la ira y la desesperanza se han hecho presentes en Estados Unidos, como consecuencia de una nueva matanza, impulsada por un civil fuertemente armado. El protagonista de esta última tragedia es un adolescente de 19 años, quien decidió volcar su odio y frustración contra los estudiantes y los profesores de una escuela en Florida de la que había sido expulsado el año pasado por indisciplina y amenazas a sus compañeros.

Para tal efecto, según se consigna en la prensa internacional, el atacante, Nikolas Cruz, acudió a su excolegio en Parkland (una tranquila localidad de 30.000 habitantes) el miércoles armado con rifle AR-15 y numerosos cargadores. Poco antes de que culmine la jornada escolar, Cruz accionó la alarma de incendios y, cubierto con una mascarilla, lanzó varias bombas de humo, mientras acribillaba a todo aquel que salía a su paso en medio de la neblina. Posteriormente, salió del colegio camuflado entre los estudiantes. Producto de este tiroteo 17 personas murieron y al menos 15 resultaron heridas.

Cada vez que ocurren este tipo de incidentes (en los últimos 20 años se han contabilizado 27 tragedias similares) propios y extraños se preguntan cómo es posible que en un país que ha decidido abrazar el Estado de derecho como forma de vida persista la venta libre de armas de fuego, tomando en cuenta que la probabilidad de que caigan en manos de personas perturbadas, psicópatas y criminales (dentro y fuera de Estados Unidos) es muy alta.