Saldo de las lluvias
Al menos 21.234 familias han resultado afectadas por los embates de la naturaleza.
Aunque en términos humanos la temporada de lluvias de este verano ha tenido un costo muy alto, como se ha podido ver en todos los casos en los que el agua y el lodo arrasaron y cubrieron viviendas en muchas partes del país, en términos económicos, ha informado el Gobierno, el daño no ha sido tan severo como se temía; los empresarios del agro discrepan al respecto.
En efecto, según estimaciones del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, 21.234 familias han resultado afectadas por los embates de la naturaleza. Los departamentos con más municipios afectados fueron La Paz y Chuquisaca, con 13 casos cada uno; las regiones que más municipios declararon en emergencia fueron Santa Cruz y Chuquisaca, ocho cada uno. En total, resultaron dañadas 50.229 hectáreas de cultivos, que en el caso de las poblaciones dedicadas a la agricultura familiar se multiplica por las pérdidas materiales.
En los centros poblados el efecto de las lluvias también llega hasta la educación, pues allí donde se han perdido casas, la gente habita las escuelas temporalmente, impidiendo que niñas y niños pasen clases regularmente. Más dramático es el caso de las escuelas que han sido afectadas por las inundaciones, como se ha reportado en Beni y Potosí.
A pesar de estos impactos, el Gobierno se ha mostrado optimista respecto de la verdadera dimensión del daño ocasionado por la temporada de lluvias. Según coincidieron en señalar diversas autoridades de los ministerios de Economía y Finanzas, y de Desarrollo Rural, la superficie agrícola afectada representa solo el 1,3% del total de tierras disponibles en el país; su principal conclusión es que el crecimiento previsto para este año no será afectado. También se ha afirmado que no habrá escasez de alimentos. Ha añadido el Ministro de Economía que hay una oportunidad en la reconstrucción de la infraestructura dañada, pues demandará inversión y movimiento de recursos.
A su vez, los empresarios agropecuarios del país han afirmado que la cantidad de hectáreas afectadas es muy superior a la estadística oficial, pues, por ejemplo, solo la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo reportó 120.000 hectáreas afectadas. Asimismo, afirman que los daños sufridos son millonarios; solo en Cochabamba se reportan pérdidas de hasta Bs 70 millones; en Beni se habla de 9.000 cabezas de ganado perdidas; y en muchos casos la producción también ha resultado mermada.
Son signos de los tiempos que se vienen, que sin necesidad de ser apocalípticos recuerdan que en todo el mundo los países deben aprender cada vez con mayor velocidad a prever y afrontar los efectos del cambio climático, que se anuncia irreversible y plantea nuevos retos en la gestión de defensa civil y previsión ante inclemencias cada vez más severas y peligrosas para los hábitats humanos.