Israel continúa estrangulando a Palestina
El régimen israelí (…) también continúa con el colonialismo (...) en los territorios de Cisjordania
Israel, después de haber ocasionado la muerte de casi 50.000 palestinos y pese al alto al fuego, continúa estrangulando a los gazatíes, al no permitir la entrada de ayuda humanitaria, sumado a los cortes de energía eléctrica, de agua, etc. “Tel Aviv está matando de hambre a 2,3 millones de personas”, las que se encuentran desplazadas, viviendo en tiendas de campaña, a la intemperie, en las peores condiciones insalubres y sin ningún tipo de asistencia, develando finalmente su plan macabro: aniquilar al pueblo palestino.
El régimen israelí, bajo la venia de Estados Unidos y los países europeos, en su campaña de limpieza étnica, también continúa con el colonialismo de asentamientos ilegales en los territorios de Cisjordania, que, según la UNRWA (el organismo de la ONU para los refugiados palestinos), es la peor desde 1967; pues Netanyahu ha justificado el desplazamiento de decenas de miles de palestinos por necesidades militares, a causa de la feroz resistencia en esa región, sobre todo en Yenin, incluyendo la zona de Masafer Yatta.
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A todo ello, se suma el uso sistemático de la violencia sexual por parte de Israel, cometido contra mujeres, hombres, niñas y niños palestinos en todo el territorio ocupado desde el 7 de octubre de 2023; según un informe de la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre el Territorio Palestino Ocupado, incluido Jerusalén Oriental, e Israel, constituyéndose un sistema de opresión, un crimen que mella su derecho a la existencia, ya que también ha destruido instalaciones de atención de la salud sexual y reproductiva.
Esta es la campaña de destrucción masiva que se perpetra en el pueblo palestino, una ocupación que se remonta desde el año 1948 a la fecha, e incluso si las bombas y la violencia cesaran en Palestina, hoy “el genocidio continuaría porque no hay formas de remediar la destrucción” que se ha producido bajo el silencio de los organismos internacionales.
Esta es la estrategia del movimiento sionista estadounidense Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC), que engloba a las empresas transnacionales, oligopolios, fundaciones y organizaciones más poderosas del mundo, que financian el lobby sionista, incluido el suministro de armas letales, en su objetivo de concretar el mapa irredentista del Gran Israel, por el cual el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, puso en marcha una estrategia de convulsión —al verse derrotado al no poder aniquilar a los Movimientos de Resistencia Palestina, después de la Tormenta Al Aqsa— llevando sus ataques al Líbano, y ahora hacia la República Árabe Siria, donde junto a EEUU han apoyado el golpe que derrotó al gobierno de Bashar Al Asad para colocar a Abu Mohamed al Julani, líder de los grupos terroristas de Al Qaeda, que han asesinado a más de 1.500 víctimas pertenecientes a los grupos minoritarios de alauitas y cristianos.
La libertad del pueblo palestino, su derecho a la autodeterminación y el rechazo a la ocupación de la entidad sionista, han cohesionado a que muchos movimientos sociales, incluso dentro de los países occidentales (Unión Europea-EEUU) hayan cristalizado sus protestas en varias esferas gubernamentales, sociales y políticas, siendo visibles cuando sus órganos represivos vienen acallando, deteniendo, censurando, vetando y expulsando a los defensores de la causa palestina, utilizando cualquier tipo de argumentos, como el caso de la académica iraní pro palestina Helye Doutaghi, que por solo ser mencionada en un sitio web israelí (administrado por la inteligencia artificial) fue expulsada de la Universidad de Yale, o el caso del líder estudiantil pro palestino Mahmoud Jalil, quien hoy enfrenta un proceso judicial para ser próximamente deportado.
Las acciones premeditadas que usan los enemigos del pueblo palestino, hoy apuntan a cualquier persona, a las cuales se les vulnera sus derechos más fundamentales, como la protesta contra los actos criminales y la limpieza étnica.
Palestina no está sola, el mundo reclama justicia, siendo que el odio hacia Israel se observa en miles de marchas, actos, mítines y todo tipo de concentraciones, donde millones de personas elevan las banderas palestinas, una carta ganadora para el Frente de Resistencia, que en el Día Mundial de Al Quds (pronto a celebrarse) nuevamente reivindicarán la defensa de un pueblo que desde hace más de 76 años está siendo pulverizado.
(*) Sdenka Saavedra Alfaro es escritora, corresponsal internacional de HispanTV