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Sobre padres y WhatsApp

Las ventajas de compartir información al instante entre diferentes grupos a través de las redes sociales son más que evidentes. Gracias a ello hoy se pueden conseguir datos útiles sobre temas clave como salud o educación que antes eran accesibles únicamente a unos cuantos; pasando por facilitar el intercambio de bienes y servicios, hasta conseguir pronta ayuda para diferentes necesidades e incluso evitar crímenes como la trata de personas. Sin embargo, también se les puede dar un muy mal manejo, en desmedro de nosotros mismos y de nuestros familiares.

Las distorsiones que se suelen presentar en los grupos de WhatsApp conformados por los padres de familia es un ejemplo de ello. En demasiadas ocasiones, la información que se proporciona en estos grupos es utilizada para asediar a los propios hijos (comparándolos con sus compañeros, reprocharles lo “mal” que hacen las tareas o la escasez de “caritas felices” en su cuaderno). Así como también para denigrar y restarles autoridad a los profesores, porque “dan mucha tarea”, porque “no saben enseñar”, o incluso poniendo en tela de juicio su integridad: “¿Para qué querrá cuatro cartulinas si con una basta? ¿No será su negocio?”.

Y lo peor es que estos grupos suelen servir para “delegar” la responsabilidad de los hijos a los padres: “¿Alguien puede pasarme la tarea de mañana? Mi hija se olvidó copiar el ejercicio de la pizarra…”. De esta manera, estamos creando una generación de niños inútiles, inmaduros y dependientes, incapaces de asumir responsabilidades por sí mismo y de tolerar frustración alguna.