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Apropiación ‘cívica’ de calles

Como bien se sabe, la circulación vehicular en muchas calles y avenidas de la sede de gobierno suele ser lenta y estresante, y esta situación caótica puede llegar a extremos no solo durante las celebraciones cívicas importantes, sino también en los días que preceden a estas fechas. Por ejemplo, en las últimas jornadas la población paceña tuvo que lidiar con el cierre de vías neurálgicas por parte de escolares, militares y demás sectores a quienes les gusta desfilar a tiempo de generar ruidos estridentes con bombos y tambores.

No se trata de restarle valor a las manifestaciones de civismo; sin embargo, para mala fortuna de la ciudadanía muchos desfiles se han convertido en una excusa para vulnerar los derechos a la libre circulación del resto de la población y el poder vivir en un ambiente sano libre de contaminación acústica. Y es que esta apropiación de calles y avenidas se realiza de manera arbitraria y sin ninguna planificación que contemple alternativas susceptibles de evitar las congestiones vehiculares y el ruido que generan las procesiones de “civismo”.

Mención aparte merece el hecho de que muchos de los protagonistas y espectadores de estos desfiles suelen reprochar vehementemente las marchas que bloquean las avenidas más concurridas del centro de la ciudad. Por eso, la próxima vez que nos encontremos en medio de una trancadera, antes de criticar la paja en el ojo ajeno puede resultar positivo recordar que los manifestantes callejeros no son los únicos que se apropian de las vías de manera arbitraria para darles un uso distinto al que fueron concebidas.