Los dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB) han comenzado a debatir sobre su propuesta de incremento salarial para este año, que posteriormente será puesta a consideración del Gobierno.
Al respecto, la dirigencia sindical ha adelantado que el aumento del salario básico debería ser mayor al 7%. Esto porque “los incrementos no pueden ser menores a las gestiones pasadas”, en palabras de su principal ejecutivo, Juan Carlos Huarachi. Si bien no han mencionado su posición sobre el salario mínimo, según esta lógica debería incrementarse más del 10%.
Se trata de una premisa por demás cuestionable, ya que no existe ninguna norma ni tampoco ninguna fórmula que la sustente. De hecho, los principales indicadores que el Gobierno toma en cuenta en este debate suelen ser la inflación y el crecimiento de la economía, los cuales varían de un año a otro, algunas veces al alza, otras a la baja, por lo que el incremento salarial podría incluso reducirse de una gestión a otra.
Adicionalmente, sería más que deseable incluir en este debate otras variables que vayan más allá de la pérdida del poder adquisitivo del dinero o las aspiraciones de los sindicatos, como los factores asociados a la productividad de los trabajadores y de la economía, de tal manera que se pueda diseñar un mecanismo de incremento salarial que incluya a todos los actores en juego, incluidos al sector financiero y a los empresarios en general, cuya participación resulta fundamental para la sostenibilidad y el crecimiento del mercado laboral.