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Thursday 13 Feb 2025 | Actualizado a 11:07 AM

Los mitos de la agricultura orgánica

Estas poses perjudican el desarrollo de una agricultura que contribuiría a la mitigación del Cambio Climático.

/ 6 de abril de 2018 / 04:07

Una de las principales razones por las que la agricultura orgánica avanza lentamente en el mundo es la posición antitecnológica que adoptan muchos de sus defensores. De 3,48 millones de hectáreas (ha) cultivadas en nuestro país, la superficie con agricultura orgánica (producción de alimentos sin utilización de agroquímicos) alcanza solo a 2.465 ha. Lo paradójico de estas poses es que perjudican el desarrollo de una agricultura que, con un amplio acceso a la tecnología, permitiría la expansión de policultivos libres de combustibles fósiles, facilitando la mitigación del Cambio Climático.

Su gran debilidad es su bajo rendimiento, que ocasiona un serio desperdicio de agua y de tierra arable, ya que los rendimientos de los cultivos orgánicos son un 50% menores que los que se alcanzan con cultivos convencionales. Es decir que para lograr con agricultura orgánica los rendimientos actuales de los cultivos agroindustriales, que significan ingresos concretos para el erario nacional, necesitaríamos el doble de superficie cultivable, incrementando la amenaza a los bosques y a zonas de alto valor de conservación.

Existe una amplia desinformación acerca de los alimentos orgánicos debido a que en la mayoría de los casos el simple sello orgánico es una licencia para no informar, lo que contrasta con los productos convencionales o los de OMG, a los que se les exige una descripción detallada de sus procesos. De ahí que se omite difundir que las prácticas orgánicas también tienen efectos importantes sobre el medio ambiente, como la lixiviación de nitratos en aguas subterráneas y los efectos nocivos del uso de compost, que en gran escala genera cantidades importantes de gases de efecto invernadero, además de ser fuente de bacterias patógenas en los alimentos.

Otro “mito verde” es afirmar que la agricultura orgánica no utiliza pesticidas, siendo que se emplean comúnmente diversos productos químicos (que mayormente contienen cobre y azufre) en cultivos y procesos, muchos de los cuales son más tóxicos que los “sintéticos”. La agricultura orgánica no podría existir sin los avances en genética, riego, reutilización de residuos o manejo integrado de plagas; por lo que las posturas antitecnológicas son parte del mito.

La licencia para no informar de un sello orgánico (lo que nos recuerda la ambigüedad de la industria del tabaco) es una estrategia de mercadeo; no certifica que un alimento sea más sano ni más nutritivo. Está diseñada para capturar un mercado apasionado por la mitología verde y para envolver a élites de nutrición rebuscada que creen en la falacia de que los alimentos naturales existen. Las posturas oficiales de defensa de los alimentos orgánicos se adoptan por sus réditos políticos, no por factores de nutrición y salud. No se basan en la ciencia ni en la tecnología, sino en el clientelismo.

En un país como el nuestro, en el que la obsesión debería consistir en revertir el dominio de los hidrocarburos y la minería en nuestra economía, es muy importante entender que la única forma de sustituirlos es a través de una producción agropecuaria de alto rendimiento, con uso eficiente de los recursos (agua, suelo, genética) para que sea sustentable, enfrentando el desafío de lograrlo sin el uso de combustibles fósiles.  

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¿Tasa cero en el ICE para vinos y singanis?

/ 13 de febrero de 2025 / 06:00

Recientemente, Samuel Doria Medina, conocido político de la vieja escuela, en una conferencia realizada en la ciudad de Tarija, se comprometió a aplicar una tasa cero en el Impuesto al Consumo Específico (ICE) para los vinos y singanis nacionales en caso de ser elegido presidente en las próximas elecciones nacionales. La propuesta fue inmediatamente aplaudida por el sector vitivinícola, cuyo principal representante afirmó días después que el ICE se constituye en una “carga dura y fuerte” que limita no solo la comercialización en el mercado nacional, sino también la exportación de vinos y singanis, y que le resta competitividad y frena su desarrollo. Sin embargo, ¿serán evidentes estas afirmaciones? Y, por tanto, ¿será posible establecer un trato preferencial a los productos nacionales?

Inicialmente, es importante señalar que, por el principio de neutralidad impositiva, el ICE no se aplica a las exportaciones. Esto significa que los productores bolivianos que exportan sus productos no enfrentan la misma carga impositiva que en el mercado local, lo que les permite competir en igualdad de condiciones en el mercado extranjero, debiendo asumir las obligaciones impositivas en el país de destino de la exportación.

Este aspecto se encuentra regulado en el ámbito del comercio internacional, toda vez que, en el marco de los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), se tiene como premisa el principio de “Trato Nacional”, el cual establece que los productos extranjeros no deben ser tratados de manera menos favorable que los productos nacionales. Vulnerar este principio, y dar un trato discriminatorio hacia otros productos similares importados, podría abrir la puerta a quejas formales ante la OMC, dando paso a disputas comerciales entre países, considerando que esta medida infringe este principio sobre comercio justo y trato igualitario.

Si bien la idea de una tasa cero en el ICE para los vinos y singanis nacionales reduciría los costos a nivel local, contravenir los acuerdos internacionales, como los de la OMC, podría repercutir en que otros países tomen acciones, afectando las exportaciones bolivianas a largo plazo. Los beneficios inmediatos para los productores nacionales se verían afectados, ya que el Órgano de Solución de Diferencias de la OMC, que resuelve disputas comerciales entre los países miembros, obligaría al país infractor a cambiar sus políticas o medidas que violen el Trato Nacional. Asimismo, impondrían medidas de represalia como la suspensión de concesiones comerciales, incluyendo la imposición de aranceles más altos sobre productos del país infractor, disminuyendo así la competitividad de sus productos exportables.

Por lo tanto, es incorrecto afirmar que el ICE limita la capacidad de exportación del sector vitivinícola, ya que el impuesto no tiene impacto sobre las ventas fuera del país; y eliminar este impuesto para los citados productos, nos llevaría a vulnerar los principios internacionales, como el Trato Nacional, lo que podría desencadenar efectos contrarios, cerrando oportunidades para el sector y restringiendo su capacidad de expansión y competitividad a nivel mundial.

Se sabe que las elecciones generales en Bolivia están programadas para el 17 de agosto de 2025; por ello, es crucial que los precandidatos presenten propuestas viables y responsables en lugar de lanzar promesas vacías con el único fin de obtener votos, que, a la larga, podrían resultar imposibles de cumplir.

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El espectro marginal del indio

/ 12 de febrero de 2025 / 06:00

El indio es una categoría política representada por un cuerpo y una idea, un ente que sirvió para ordenar el proceso de ocupación colonial y jerarquización social desde la llegada de los españoles y mantuvo su presencia hasta nuestros días. Los barrios de indios, la vestimenta, la forma de hablar y, con el pasar del tiempo, el tono de piel se consolidaron como los márgenes por donde se formó esta figura que señala lo que es aceptable o no en la sociedad colonizada y no india.

En lo que hoy es Bolivia, es sabido que “lo indio” fue la categoría que se asentó como forma descriptiva de un segmento de la población luego del declive de las élites incas y aymaras en la época colonial. Así, “lo indio” hace referencia al espectro que va quedando como “marginal” respecto al centro “civilizador”. Durante siglos esa marginalización fue en aumento, porque se convirtió en la ley del proceso mismo de reproducción social y el sentido de su desarrollo. Para vivir en estas tierras, nadie quiere ni debe ser indio, dicta la Colonia.

En las dinámicas de explotación hay vencidos y vencedores; lo indio para la sociedad colonizada es el vencido. Sin embargo, lo indio, desde el territorio geográfico, social e imaginario que ocupó durante siglos expandió sus formas propias, más allá del margen del cual fue arrojado. En ese ámbito de lo barbarizado, lo marginal, lo que estaba destinado a morir, surgieron hechos que rompieron las barreras impuestas por los jerarcas. Es decir, los vencidos crearan formas de vivir, de ahí el registro de sus resistencias a lo largo de la vida colonial y republicana y el relato de sus victorias.

Con el tiempo esas resistencias de “lo indio” llamaron a la fascinación de intelectuales (hoy callados o borrando con el codo lo que escribieron con la mano) que veían con asombro cómo se presentaban a puertas del siglo XXI una efervescencia de poblaciones movilizadas en torno a su derecho a la vida: marchas, sindicatos, música, sensibilidades artísticas, formas sociales, lenguajes e idiomas rebalsaban de los márgenes donde se habían acumulado los cuerpos y las ideas de lo indio. Irrumpieron en el espacio con un proyecto político que se cristalizó finalmente en la llegada de Evo Morales al poder.

En la actualidad, la marginalización de lo indio ha vuelto a retomar protagonismo en la sociedad colonizada. Las jerarquías y el orden social que reclaman colocar al indio en su lugar, se han aliado para cumplir el rito del desprecio: el indio no puede ni debe hablar, su voz es la barbarie, el indio desde ser expulsado de la ciudad y en las afueras, junto a sus masas de indios, finalmente ser vencido. Pero, una vez más, esa lógica nunca funcionó. Por el contrario, alimentó la insurgencia de aquellos que saben que una vez vencieron y que hoy pueden volver a hacerlo.

Hoy, la falacia democrática del colonialismo interno intenta justificar la lógica de la marginalización para reproducir su capital. Figuras que tanto necesitan los “dueños” de Bolivia: indios buenos, dóciles, domesticables para servir sus intereses, vasallos de la “civilidad” son llamados a servir en las haciendas del poder. Mientras que el bárbaro, el díscolo, el cuerpo e imaginario del indio marginal está representado en el territorio Chapare, en completo aislamiento. Su espectro provoca el rechazo de los “demócratas” bolivianos, nadie puede ver a los ojos al indio del Chapare, nadie puede pensar en debatir con él, su palabra no tiene valor y sin interlocutores; él representa al indio que vivió siglos en los márgenes, al que las jerarquías quieren ver vencido, pero que no se deja; vuelve y gana, porque en ese margen viven millones como él.

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Política aeronáutica: freno para la celebración del Bicentenario

/ 9 de febrero de 2025 / 00:38

Si Bolivia realmente desea consolidarse como un destino turístico atractivo y competitivo, debe reformar urgentemente su política aeronáutica, reducir las barreras burocráticas, flexibilizar las condiciones de operación y adoptar una estrategia de cielos abiertos.

El turismo en Bolivia tiene un potencial extraordinario. Sus paisajes, su cultura y su riqueza natural son inigualables en la región. Sin embargo, uno de los principales obstáculos para su crecimiento es la deficiente conectividad aérea, resultado de una política aeronáutica restrictiva. En un mundo donde la movilidad es clave para el desarrollo económico y social, esta debilidad es determinante para frenar el desarrollo de Bolivia.

El principal problema radica en las dificultades financieras que enfrentan las aerolíneas para operar en el país. La escasez de dólares, las excesivas comisiones bancarias y las actuales restricciones, elevan considerablemente los costos operativos. Esto ha llevado a la salida de importantes aerolíneas como Sky Airlines, Peruvian Airlines y, de manera más preocupante, American Airlines, cuya partida dejó a Bolivia sin una conexión directa con Miami, uno de los principales hubs aéreos del continente.

A esto se suma la falta de una política de cielos abiertos. Mientras otros países han implementado estrategias para atraer aerolíneas y fomentar la competencia, Bolivia sigue protegiendo a su aerolínea estatal, BoA, limitando el ingreso de nuevas compañías. Esto no solo reduce las opciones de vuelo, sino que también encarece los pasajes aéreos, afectando a turistas como a ciudadanos bolivianos.

Las aerolíneas que intentan operar en Bolivia se enfrentan a una burocracia excesiva en la obtención de permisos, lo que desincentiva su ingreso al mercado. La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) imponen procedimientos largos y poco flexibles, algo que contrasta con países vecinos que han facilitado la llegada de aerolíneas extranjeras.

Los números son contundentes: mientras Argentina, Chile, Perú y Colombia cuentan con entre 18 y 20 aerolíneas operando en su territorio, Bolivia apenas tiene a BoA, Ecojet (ambas con muchos problemas) y otras cuatro más pequeñas. Esta falta de competitividad encarece boletos, limita el acceso a nuevas rutas y deja al país rezagado en la conectividad internacional.

La falta de conectividad tendrá repercusiones negativas en las actividades programadas para la celebración del Bicentenario de Bolivia en Sucre. Con la expectativa de recibir visitantes nacionales e internacionales, la limitada oferta de vuelos y los altos costos de los pasajes desalentará la llegada de turistas y delegaciones extranjeras. Esto afectará eventos culturales, académicos y conmemorativos, reduciendo el impacto económico positivo que estas festividades podrían generar en la región y el país.

Si Bolivia realmente desea consolidarse como un destino turístico atractivo y competitivo, debe reformar urgentemente su política aeronáutica, reducir las barreras burocráticas, flexibilizar las condiciones de operación y adoptar una estrategia de cielos abiertos que permita la llegada de más aerolíneas, de lo contrario, sin vuelos accesibles y variados; Bolivia seguirá perdiendo oportunidades y quedándose atrás en una región que, cada vez apuesta más por el turismo, la movilidad y la integración global. Es hora de exigir decisiones audaces y cambiar el rumbo para no llegar al Bicentenario de Bolivia, aislados del resto del mundo.

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Locura palaciega

/ 5 de febrero de 2025 / 00:18

El término “locura palaciega” se ha utilizado históricamente para describir comportamientos que rozan lo irracional y absurdo. Este término se ha asociado, mayormente, a personajes en posición de poder, los cuales, totalmente desconectados de la realidad y aislados por un entorno que solo busca complacerlos, pierden la perspectiva objetiva de las necesidades reales de la sociedad. Esto se debe al aislamiento, exceso de adulación y ausencia total de crítica constructiva de su entorno más cercano.

Nerón, por ejemplo, obsesionado por las artes, la música y el teatro, organizaba espectáculos de gran magnitud en los cuales él era el protagonista, aspecto que los romanos consideraban indigno de un emperador. Sin embargo, al estar rodeado de cortesanos que permanentemente alimentaban sus caprichos, las fiestas en la Domus Aurea fueron recurrentes.

Su legado de locura y extravagancia dio lugar a que se rumoreara que, en una oportunidad, tocó el laúd mientras Roma ardía. Naturalmente, dicho relato podría considerarse exagerado, no obstante, históricamente esta es la imagen por la cual se lo recuerda.

En la actualidad algo similar ocurre. El “emperador” de la ciudad de mil colores, desasociado de la realidad y sesgado por un entorno reducido de acólitos, día a día realiza actividades propias de una autoridad que, a cuatro años de gestión, no logra reconocer los problemas públicos de la ciudad. Mientras La Paz presenta un sifonamiento por semana, él visita al niño nacido número doscientos y hasta lo bautiza; inaugura remodelaciones de plazas no consensuadas y mucho menos prioritarias; realiza paseos por la ciudad cada jueves y paga altas sumas de dinero por transmitirlos en reconocidos medios de comunicación. Estas apariciones mediáticas no son más que un vano intento por demostrar algo de trabajo y conexión con la ciudadanía. Sin embargo, la realidad es otra: su gestión está catalogada como la peor en los últimos años.

Al margen de las locuras del emperador, lo realmente preocupante no es que se anteponga un letrero gigante al estilo Hollywood en Cotahuma por sobre los problemas de riesgos que atraviesa la ciudad, lo que genera profunda preocupación son las secuelas que esto dejará a la ciudad, pues visiblemente, esta priorización de la fiesta, el regocijo y las cámaras le está costando a La Paz algo más que su presupuesto, el retroceso en materia de servicios públicos, cumplimiento de la ley y confianza de la población hacia sus autoridades están en decremento constante y las nuevas autoridades tendrán la ardua labor de trabajar en una alcaldía que perdió institucionalidad.

Si bien él no toca el laúd, sí baila mientras la ciudad cae en pedazos y bebe mientras existen familias que no encuentran soluciones a las pérdidas por deslizamientos e inundaciones.

Al emperador de Roma el Senado lo declaró enemigo público y huyó. Como está la situación, es probable que algo similar suceda con el Nerón de mil colores.

Rodrigo Mamani es arquitecto municipalista.

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DeepSeek: La revolución que sacudió el mundo de la IA

/ 5 de febrero de 2025 / 00:12

En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha experimentado avances sin precedentes, transformando industrias enteras y redefiniendo la forma en que interactuamos con la tecnología. De hecho, yo creo que la llegada de la inteligencia artificial significa la quinta revolución industrial, pero eso será motivo de otro artículo.

El principal protagonista de esta revolución, hasta ahora, se llamaba ChatGPT de OpenAI, posicionándose como un referente en el campo de los modelos de lenguaje de gran escala (LLMs), aunque después surgieron Copilot de Microsoft, Gemini de Google, Llama de Meta entre otros. Sin embargo, la aparición de DeepSeek ha marcado un punto de inflexión en el ecosistema de la IA, desafiando el “status quo” generando también una revolución en el mercado de valores, sobre todo de las empresas tecnológicas.

DeepSeek es un sistema de inteligencia artificial avanzada que combina modelos de lenguaje de última generación con capacidades de búsqueda, análisis y razonamiento profundo en tiempo real. A diferencia de los modelos tradicionales, DeepSeek se enfoca en la optimización de recursos, la escalabilidad y la personalización, lo que lo convierte en una herramienta poderosa que permite no solo responder preguntas, sino comprender el contexto a un nivel casi humano, anticipar necesidades y generar soluciones aplicables a problemas complejos.

La competencia entre DeepSeek y ChatGPT ha sido comparada con la rivalidad entre dos gigantes tecnológicos, y no es para menos. Su impacto fue tan disruptivo que provocó una caída significativa en el valor de las acciones de empresas líderes en inteligencia artificial, ya que DeepSeek ofreció ventajas competitivas que rápidamente atrajeron la atención de inversionistas, empresas y usuarios finales.

La llegada de DeepSeek ha sacudido el mercado de la IA, obligando a las empresas tecnológicas a reevaluar sus estrategias. DeepSeek no solo es un competidor más; es un disruptor que ha cuestionado las bases sobre las que se construyó el mercado de la IA, además del monto invertido en el desarrollo de estas.

Su enfoque en la eficiencia, la personalización y la transparencia ha puesto en evidencia las limitaciones de los modelos tradicionales, como ChatGPT. Además, su capacidad para operar en entornos con restricciones de recursos ha ampliado el alcance de la IA a regiones y sectores que antes estaban excluidos.

Las empresas tecnológicas han tenido que adaptarse rápidamente a este nuevo escenario, invirtiendo en investigación y desarrollo para no quedarse atrás. DeepSeek ha demostrado que la IA no es solo una carrera por tener el modelo más grande, sino también el más inteligente, eficiente y accesible.

Según informó The Wall Street Journal, DeepSeek ha demostrado ser una herramienta avanzada en muchos aspectos, pero con claras limitaciones al abordar temas políticamente delicados. Otro de los aspectos que preocupa es la seguridad de la información consultada en DeepSeek, aunque todos sabemos que cuando una aplicación es “gratuita” nuestra información es el precio que pagamos por su uso.

Lo cierto es que, a pesar de estos cuestionamientos, DeepSeek ha llegado para quedarse, y su impacto en el mundo de la inteligencia artificial es solo el comienzo. Al desafiar a gigantes como ChatGPT, ha demostrado que la innovación no siempre proviene de los actores más establecidos, sino de aquellos que se atreven a pensar diferente.

Lo que es innegable es que DeepSeek no solo es una herramienta, sino un catalizador de cambio. Su aparición ha abierto la puerta a un nuevo capítulo en la historia de la inteligencia artificial, en el que la capacidad de comprender, razonar y anticiparse define el éxito de las tecnologías del futuro.

En un mundo donde la transformación digital es imparable, DeepSeek se posiciona como una herramienta clave para impulsar la próxima ola de innovación. Su capacidad para combinar eficiencia, personalización y seguridad lo convierte en un aliado invaluable para empresas y desarrolladores que buscan aprovechar al máximo el potencial de la IA.

El mercado tecnológico ha sido sacudido, y DeepSeek es el epicentro de este terremoto. Lo que viene después dependerá de cómo las empresas y los innovadores aprovechen esta nueva era de la inteligencia artificial. Una cosa es segura: el futuro de la IA nunca volverá a ser el mismo.

Gamal Serhan Jaldin es experto en Tecnología e Innovación.

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