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Día Internacional de la Lengua Materna

El 8 de junio de 2007, a través de la Resolución 61/266, la Asamblea General de las Naciones Unidas acogió con beneplácito la decisión adoptada el 17 de noviembre de 1999 por la Unesco de proclamar el 21 de febrero Día Internacional de la Lengua Materna, a tiempo de exhortar a los Estados miembros y a la Secretaría que promuevan la preservación y protección de todos los idiomas que emplean los pueblos del mundo. Esa fecha está dedicada al Día del Movimiento por la Lengua, establecido en Bangladesh en conmemoración a la revuelta popular que tuvo lugar el 21 de febrero de 1952, cuando la Policía y el Ejército abrieron fuego contra la multitud de hablantes de la lengua bengalí que se manifestaban por sus derechos lingüísticos en Dhaka.

Ya en 1999 la Conferencia General de las Naciones Unidas aprobó una resolución con 37 recomendaciones para promover el multilingüismo, con medidas que impulsen el acceso universal al ciberespacio y el multiculturalismo, en particular en las redes mundiales de información. En 2000 se celebró por primera vez el Día Internacional de la Lengua Materna. En un mensaje leído durante la ceremonia, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan resaltó que esta celebración crea conciencia en todos los pueblos sobre el valor de las lenguas maternas, y reafirmó la importancia de preservar la diversidad entre ellas. Además, pidió mayores esfuerzos para preservar las lenguas como un patrimonio de la humanidad. A partir de estas iniciativas, cada 21 de febrero en todo el mundo se organizan actividades culturales locales, como la lectura de poesía en las escuelas, exposiciones y obras de teatro; emitiéndose además programas de radio y televisión producidos por medios de comunicación.

El tema escogido por la Unesco este año es el de “Preservar la diversidad lingüística y promover el plurilingüismo para apoyar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, contenidos en la Agenda 2030”. El Objetivo 4 de esa agenda se centra en lograr una educación de calidad y un aprendizaje universal permanente, de tal manera que cada mujer y cada hombre puedan adquirir las aptitudes, conocimientos y valores necesarios para llegar a ser todo lo que desean y para que puedan participar plenamente en la sociedad. Esto es algo especialmente importante para las niñas y las mujeres, así como también para las minorías, los pueblos indígenas y las poblaciones rurales; tal como ha quedado reflejado en el Marco de Acción para la Educación 2030 de la Unesco, en el que se fomenta el pleno respeto hacia el uso de la lengua materna en la enseñanza y el aprendizaje y la promoción y preservación de la diversidad lingüística.

¿Cabe preguntarnos cómo está la política de las lenguas ancestrales en nuestro país? Sabemos que la Constitución Política del Estado de 2009 reconoce a nuestras lenguas ancestrales como lenguas nacionales y, por ende, su uso en los establecimientos educativos, la administración pública y por toda la ciudadanía. Existen varias academias de lenguas nativas, ¿qué están haciendo estas academias? ¿Qué políticas tienen nuestras universidades, sobre todo las estatales, respecto a las lenguas maternas y en especial las ancestrales? A estas alturas hay que ir más allá de la enseñanza del aymara y del quechua en algunas facultades. Las universidades indígenas (quechua, aymara y guaraní) creadas por el presidente Evo Morales han generado políticas muy interesantes de su uso en la academia, pero lamentablemente los productos de esas prácticas tienen poca difusión. Markas layku arusata arsusipxañani. ¡Jallalla!