Icono del sitio La Razón

Mauricio Soria, en la mira

El comportamiento explosivo del director técnico de la selección boliviana de fútbol ha vuelto a hacer noticia, luego de que se difundiesen imágenes en las que se puede apreciar a Mauricio Soria golpeando a un joven en la ciudad de Cochabamba que trabajaba para él. Según se supo después, Soria reprimió y agredió con una patada a este muchacho porque estaba lavando su vehículo con las ventanas abiertas. A su vez, el empleado reaccionó golpeándolo en el rostro. Y tras esta primera pelea, Soria lo habría golpeado nuevamente en la vía pública luego de que intentase huir con las llaves de su domicilio, hecho que quedó grabado en un celular.

A raíz de este incidente, se filtró a la prensa que la Federación Boliviana de Fútbol habría decidido esperar a que el director técnico renuncie, o en su defecto, haría efectiva una cláusula que le permite rescindir el contrato con el DT de manera unilateral en caso de mal comportamiento.

Tomando en cuenta los antecedentes de Mauricio Soria, quien protagonizó peleas y agresiones verbales no solo cuando era jugador, sino también ya devenido en director técnico (por ejemplo, en 2007 agredió a una persona de la tercera edad en las graderías del estadio Félix Capriles cuando dirigía a Wilstermann), es de esperar que esta decisión se materialice, más aún considerando que las palabras y acciones de personalidades públicas se convierten en embajadores de las instituciones a las que pertenecen, y que agresiones de este tipo no deberían quedar impunes para evitar malos precedentes.