Una credencial es un documento que respalda a un empleado durante el ejercicio de su trabajo. Su misión es confirmar la identidad del funcionario y apoyar las acciones que éste realiza en el marco de sus funciones laborales. Es una manera confiable de identificación ante terceros. Para beneficio y éxito de las actividades que desarrollan las personas, considero que toda institución debería otorgar este documento, enmarcando su uso a normas éticas, responsabilidades bien detalladas y manejo discrecional.

A lo largo de varios años de trabajo en diferentes instituciones me fueron asignadas varias credenciales, que me facilitaron el desenvolvimiento de mis tareas profesionales. Además de poder responder ante mis superiores, fue agradable e enriquecedor experimentar por medio de la credencial la protección institucional que se me brindaba.

Muchas empresas públicas y privadas en la actualidad otorgan credenciales a sus empleados como una forma de control, puesto que cualquier institución externa podrá fácilmente identificar qué personal acudió a realizar una determinada tarea.

Es posible que algunas empresas desestimen este instrumento, ya que algunas personas hacen un mal uso y tergiversan su objetivo. Se han visto casos de extorsiones, amenazas y el aprovechamiento de servicios para beneficio personal.

En un medio de comunicación es vital que todos los que trabajan en el ámbito de las noticias accedan a una credencial para cubrir sus fuentes y acceder a espacios restringidos allí donde se den los eventos. Algunos colegas que no cuentan con este soporte lamentablemente ven diezmadas sus opciones de tomar imágenes, entrevistar personajes o filmar acontecimientos.

De hecho, a mí me ocurrió una experiencia de esta naturaleza. En una oportunidad fui testigo del vuelco de una volqueta. Corrí para tomar imágenes, pero los oficiales de Policía que atendían el caso me pidieron mi credencial. Tuve que explicar por qué no la portaba, y recién me permitieron sacar fotografías. En muchas otras ocasiones me hubiese ahorrado explicaciones y habría ganado un tiempo valioso, que a la hora de difundir información vale “oro”, de portar mi credencial.

Puedo relatar muchas anécdotas para argumentar la necesidad de contar con este documento. Más aún en estos tiempos en los que el periodismo ciudadano cobra protagonismo en las redes sociales y surge como un oficio, ante un cerrado grupo de comunicadores.