Días atrás, la Policía argentina rescató a 25 migrantes bolivianos que trabajaban en condiciones análogas a la esclavitud en dos campos agrícolas en la región de Mar del Plata. Según se consigna en el matutino La Capital del país vecino, el operativo fue posible gracias a una denuncia anónima sobre la posibilidad de que hombres y mujeres de nacionalidad boliviana, tanto mayores como menores, estaban siendo explotados laboralmente en unos establecimientos rurales dedicados al cultivo de frutas y hortalizas.
Dicho y hecho, durante el operativo la Policía pudo constatar que los súbditos bolivianos vivían en condiciones infrahumanas y trabajaban más de 12 horas de manera ininterrumpida en la siembra y cosecha de productos frutihortícolas. Además, detuvieron a otros dos bolivianos, de 47 y 64 años, acusados de ser los responsables de los campos y de captar a los trabajadores.
Como bien se sabe, no es la primera vez que salen a la luz casos de explotación laboral de ciudadanos bolivianos en Argentina que son reclutados y explotados por sus propios compatriotas. Urge, en este sentido, reforzar los mecanismos de control en el país, con énfasis en la implementación de campañas educativas que informen sobre esta manera de delinquir, que se aprovecha de la ingenuidad y la desinformación de las personas más vulnerables; así como también de realizar operativos en territorio nacional como el que suscita este comentario, pues, como bien se sabe, en Bolivia también se registran casos de trata y tráfico de personas con fines de explotación laboral y sexual.