Mensaje del Canciller de Irán
Fanfarronear o amenazar no le dará al Gobierno de Estados Unidos un ‘nuevo acuerdo’.
Mi nombre es Mohammad Javad Zarif y soy el ministro de Asuntos Exteriores de Irán. Durante los primeros dos años de ejercer mi cargo pasé gran parte de mi tiempo negociando con mis homólogos de Rusia, China, Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y de la UE. Llegamos a un acuerdo global sobre el programa nuclear de Irán en 2015, llamado Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), en el que mi país se comprometió a tomar medidas concretas para principalmente mitigar las preocupaciones de Estados Unidos; país que a su vez se comprometió a eliminar las sanciones y a dejar de obstaculizar los negocios con Irán.
El acuerdo no era un tratado que requiriera firma o ratificación por parte alguna, pero se volvió vinculante para todos los países involucrados, ya que fue aprobado por unanimidad por el Consejo de Seguridad de la ONU. Desde entonces, en 11 ocasiones el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU confirmó que Irán ha cumplido a cabalidad con todas sus obligaciones. Por el contrario, EEUU ha violado constantemente el acuerdo, especialmente al intimidar a otros países para que no hagan negocios con Irán.
En este último año y casi en el mismo periodo nos dijeron que el presidente Trump no estaba contento con el acuerdo, y ahora parece que la respuesta de algunos europeos ha sido ofrecer más concesiones a Estados Unidos a costa de nuestro bolsillo. Este apaciguamiento implica promesas sobre un “nuevo acuerdo” que incluiría cuestiones que todos decidimos excluir al inicio de nuestras negociaciones, incluidas las capacidades defensivas y la influencia regional de mi país.
Por favor comprendan en ambos temas es Irán, no Occidente, el que tiene quejas serias y mucho que reclamar. No hemos atacado a nadie en siglos, pero hemos sido invadidos. El ataque más reciente fue impulsado por Saddam Hussein, quien luego recibió el respaldo de EEUU y de sus aliados regionales. Occidente incluso impidió activamente que compráramos medios rudimentarios de defensa inclusive cuando Saddam utilizaba armas químicas contra civiles y soldados iraníes.
A pesar de esta experiencia inquietante e inolvidable, todavía gastamos una pequeña fracción de lo que gastan países como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos en defensa; nuestros misiles tienen un alcance más corto que los de Arabia Saudita; y a diferencia de los aliados de EEUU en la región que han financiado y armado a Al-Qaeda, a los talibanes y al Estado Islámico (ISIS) y lavado el cerebro de los yihadistas, nuestro papel ha sido vital para derrotar a estos criminales extremistas.
Permítanme dejarlo absolutamente claro de una vez por todas: no externalizaremos nuestra seguridad, tampoco renegociaremos ni agregaremos nada a un acuerdo que ya hemos implementado de buena fe. Para decirlo en términos de bienes raíces: cuando compras una casa y te mudas con tu familia o la demueles para construir un rascacielos, no puedes volver dos años después e intentar renegociar el precio.
En los próximos días, Estados Unidos tendrá que decidir si al fin quiere cumplir con sus obligaciones o no. Irán se mantiene firme frente a los inútiles intentos de intimidación, pero si Washington continúa violando el acuerdo o si se retira por completo, ejerceremos nuestro derecho a responder de la manera que nosotros decidamos. Fanfarronear o amenazar no le dará a Estados Unidos un “nuevo acuerdo”, especialmente porque no está cumpliendo con el que ya ha suscrito. Insistir en las acusaciones caricaturescas (repetidas desde hace más de una década y ya tratadas por la OIEA) para justificar el rechazo al acuerdo no ha engañado a nadie.
Por lo tanto, se aconseja sabiamente al Gobierno de EEUU que empiece a cumplir con sus compromisos, o ellos y solamente ellos tendrán que aceptar la responsabilidad de las consecuencias de no hacerlo.