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Desempeño económico 2018

La economía boliviana continúa en una senda de crecimiento sostenido. En 2017 obtuvo uno de los crecimientos más altos de la región: 4,2%, manteniéndose cerca del promedio de 4,7% desde 2014, año en el que más cayeron los precios de los principales productos de exportación, y el subcontinente entró en un periodo de desaceleración y recesión.

Los sectores que más aportaron al crecimiento del PIB en 2017 fueron el sector agrícola (7,6%); transporte, almacenamiento y comunicaciones (5,2%); restaurantes y hoteles (5,1%); comercio (5,1%) y construcción (5%). Las cifras son por demás contundentes y prueban que el crecimiento boliviano es sostenido por todos los sectores económicos y no depende del ciclo virtuoso de los precios internacionales de las materias primas, sino de las políticas económicas adecuadas para impulsar la demanda interna.

Se avizora que en 2018 se mantendrá un ritmo similar, pero sin el efecto negativo registrado en los dos años anteriores del sector hidrocarburos, que decreció en -4,4% en 2016 y -2,4% en 2017. Este año, la demanda externa también aportará al crecimiento del PIB no solo por la recuperación importante de los precios del petróleo y los minerales, sino también por la mayor demanda de gas, en 3,4% hasta abril respecto a similar periodo de 2017.

La minería también se está recuperando. Entre enero y marzo las exportaciones de minerales se incrementaron en volumen; principalmente el plomo, zinc y wólfram, que se incrementaron en 2,2%, 5,3% y 10,2% respectivamente. A su vez el sector de la agricultura continuará impulsando el crecimiento. La corta sequía de comienzos de año no afectó ni al 2,5% de la superficie cultivable, según reportes del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras. Por tanto, la producción agropecuaria continuará creciendo este 2018. Se espera además que la producción de caña de azúcar se incremente considerablemente por la mayor demanda de la industria de etanol y las mayores exportaciones, que en el primer trimestre registraron un alza de 4%.

Otro indicador del desempeño económico es el pago de impuestos, que están vinculados con el dinamismo de la economía, ya que genera su base imponible. El impuesto al valor agregado (IVA) del mercado interno ostenta un aumento a abril de 5,6%, mientras que el Impuesto a las Utilidades lo hace en conjunto en 18%, ambos respecto de 2017.

La inversión pública también es señal de una expansión acelerada. En el primer trimestre del año la ejecución creció en 8,9%, que en términos del presupuesto inicial representa 12,1%, mayor al 11,1% de la gestión 2017. Varias iniciativas productivas estatales contribuirán a generar un mayor valor agregado este año, tal es el caso de la planta de urea y amoniaco de Bulo Bulo, la planta de cemento de Oruro, la planta de fibra de camélidos de Laja, la planta de regasificación, la planta industrial de azúcar y alcohol, y las nuevas líneas de Mi Teleférico, entre otras.

El crédito otorgado por el sistema financiero al sector productivo al primer trimestre de 2018 se incrementó en 3% y el de vivienda social, en 7% respecto del saldo otorgado en 2017. A febrero de 2018 los ingresos de restaurantes y supermercados sumaron 2% más; el consumo de electricidad, en 2,9%; y el transporte aéreo nacional e internacional se elevaron en 10%. En consecuencia, a pesar de que son pocos meses del año, todo indica que el dinamismo de la economía continuará en 2018 y la perspectiva incluso tiende a mejorar aún más.