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Acerca de la toxoplasmosis

Hace un par de semanas, un familiar me pidió que le ayudara a dar en adopción a su gata. Cuando le pregunté el motivo, me respondió que era porque su esposa estaba embarazada y que la presencia del animalito iba a afectarles a ella y a su bebé, y que tenían miedo de que les contagie toxoplasmosis. Entonces lo que decidieron fue darla en adopción.

Lamentablemente son muchas las personas que toman esta triste decisión sin importar la vida ni el bienestar de los animales. En el mejor de los casos les buscan un nuevo hogar y tienen el cuidado de que vaya a dar a buenas manos, pero en otros los abandonan a su suerte o los “hacen dormir”.

En la mayoría de los casos lo que existe es mala información. Lo que se sabe, porque siempre nos lo dijeron, es que la sola presencia de un gato transmite toxoplasmosis, o que nos contagiamos de esta enfermedad a través de su pelo o con solo tocarlo. Pues bien, esto no es cierto. El contagio se da a través de las heces del gato, pero solo de aquellos que tienen el parásito.

Los felinos que tienen más riesgo de tener el parásito en su organismo son los que salen de su hogar, consumen carne cruda, o cazan roedores o pájaros.

Sin embargo, no habría problema si la mascota permanece dentro de casa y se la vigila constantemente con un veterinario. Lamentablemente se ha identificado al gato como el único factor de contagio; y no es así, pues una de las principales fuentes de transmisión es comer carne mal cocida, verduras y frutas mal lavadas, o que fueron regadas por agua contaminada. Asimismo, hay contagio por transfusiones de sangre.

La toxoplasmosis, según diversos estudios, es una infección ocasionada por el parásito microscópico toxoplasma gondi. Aunque suele ser una enfermedad leve, es peligrosa en el embarazo, ya que a veces el parásito puede infectar la placenta y al bebé.    

En las mujeres embarazadas sí puede tener consecuencias severas, como pérdidas (durante el primer trimestre de gestación) y malformaciones congénitas (en el segundo y tercer trimestre). Pero como ya se explicó, en el caso de los gatos no hay contagio por aire ni por el contacto con el pelo, sí con las heces, pues los parásitos están ahí. Sin embargo, para que sean contagiosas tienen que pasar al menos 24 horas. Entonces, bastaría con recoger continuamente los excrementos de la caja de arena empleando guantes y lavándose después bien las manos.

Por lo tanto, los gatos no constituyen un factor de riesgo si se tiene el cuidado de tenerlos en casa y si se mantienen buenas prácticas de higiene. No al abandono, informémonos mejor.