Irracional pedido de la UPEA
La UPEA no se maneja tomando en cuenta sus limitaciones presupuestarias, físicas ni humanas.
En los últimos días, las demandas presupuestarias de la UPEA se han entremezclado con los pedidos por identificar y sancionar a los responsables de la muerte de Jonathan Quispe, universitario que falleció a raíz de una canica que le dispararon en una revuelta universitaria. Se trata de dos conflictos diferentes que, para ser resueltos, deberían abordarse de manera independiente.
Y es que mientras la demanda por esclarecer cómo pudo ser posible que un subteniente de la Policía modificase, por iniciativa propia y supuestamente a espaldas de sus superiores, una escopeta reglamentaria para poder disparar canicas en lugar de granadas de gas goza de pleno respaldo entre la ciudadanía, no sucede lo mismo con las exigencias financieras de la UPEA, las cuales carecen no solo de racionalidad económica, sino también académica.
Por caso, según datos del Ministerio de Economía, en 2017 el presupuesto asignado a esa universidad estatal, que tiene inscritos a 42.343 alumnos, fue de Bs 492 millones. Pero de ese total habría ejecutado solamente el 63%; es decir, Bs 313 millones. Un nivel de ejecución bastante bajo que al parecer no es la excepción, sino la norma. Por ejemplo, en lo que va del año habría gastado solo el 22% de los Bs 347 millones que le fueron asignados.
A pesar de ello, la dirigencia de la UPEA insiste en movilizar a su comunidad docente-estudiantil en demanda de un mayor presupuesto, con el argumento de que para la presente gestión tendrían un déficit de Bs 168 millones. Algo no cuadra en los números del Ministerio de Economía o en los de la UPEA.
Aparte de esta “incoherencia” presupuestaria, llama la atención que la UPEA tenga 2.664 docentes para una población estudiantil de 42.343 alumnos, es decir, un docente por cada 16 estudiantes; más aún tomando en cuenta que universidades mucho más grandes tienen un plantel docente mucho más reducido. Por ejemplo, la UMSA tiene un docente por cada 33 estudiantes, mientras que la UAGRM y la UMSS tienen un docente por cada 48 estudiantes.
Por todo lo señalado, se puede afirmar que la carga laboral de la UPEA es en extremo pesada, máxime considerando los elevados salarios (vgr., el rector gana Bs 22.300, casi como el Presidente; mientras que los decanos y algunos docentes ganan en torno a los Bs 18.000). Para justificar este elevado gasto salarial, el rector ha señalado que la población estudiantil se ha más que triplicado en los últimos años, al pasar de 10.533 alumnos en 2005 a 42.350 en 2017, los cuales “demandan” un mayor número de docentes y administrativos.
Es decir que la UPEA no se maneja tomando en cuenta sus limitaciones presupuestarias, físicas ni humanas, sino en función de las necesidades y exigencias de la población estudiantil, que al parecer se incrementa sin ningún tipo de restricción. Una lógica de gestión “académica” bastante cuestionable, en tanto obvia criterios básicos de eficiencia y rendimiento, para la cual ningún presupuesto será suficiente.