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Mundial de Fútbol

Es probable que no haya evento deportivo más importante en el mundo que la Copa Mundial de Fútbol, que cada cuatro años organiza la FIFA en el país elegido luego de una ardua competencia por obtener la sede, el cual posteriormente debe realizar multimillonarias inversiones para garantizar que miles de personas puedan disfrutar del espectáculo futbolístico.

Se trata de un espectáculo deportivo en el que atletas extraordinarios, organizados en equipos de 11 jugadores por lado en la cancha, ponen todo de sí en nombre de los colores de su patria. Y en todo el mundo cientos de miles de admiradores de esos equipos y de esos jugadores siguen la transmisión de partidos, demostrando así que su influencia es global.

Pero el Mundial de Fútbol es mucho más que la agonística deportiva llevada a su extremo más sublime, a la exhibición de talentos humanos muy por encima del promedio; en medio de una competencia que mezcla valores deportivos con atavismos nacionalistas y repercute en los corazones de miles de millones de hinchas de sus respectivas selecciones nacionales o de aquellas consideradas mejores en la cancha. Es un negocio multimillonario.

La revista Business Insider reveló días antes de la inauguración del campeonato que la organización del evento, cuyo presupuesto inicial había sido fijado en 2015 en $us 11.792 millones, terminó costando $us 14.200, el 1% del PIB de Rusia entre 2013 y 2017. El Mundial de 2014, en Brasil, costó más de $us 7.000 millones.

De ese monto, destinado principalmente a la construcción de escenarios deportivos e infraestructura caminera, $us 791 millones van a financiar los premios y apoyos que se brinda a todos los equipos participantes. Los esfuerzos sobrehumanos para ganar cada partido se premian no solo con la adoración de los seguidores de cada equipo, sino también con jugosos pagos.

El evento, donde se miden 736 jugadores de 32 selecciones nacionales (14 europeas, cinco asiáticas, cinco africanas, cinco sudamericanas y tres norteamericanas), tendrá un equipo campeón, que recibirá además de la famosa copa de oro macizo $us 38 millones. El subcampeón percibirá $us 28 millones; el tercer puesto, $us 24 millones; mientras que el cuarto se llevará $us 22 millones. Hay $us 16 millones para cada una de las selecciones que se queden en octavos de final. Los equipos entre la novena y la decimosexta posición recibirán $us 12 millones cada uno; y aquellos que no logren pasar de la fase de grupos obtendrán un premio de $us 8 millones.

Se trata, pues, del espectáculo posmoderno por excelencia donde la realidad es reemplazada por una versión amplificada, con personajes grandiosos que son ídolos humanos, pero también objetos de comercio y, sobre todo, donde la agonística no está puesta en el honor nacional, como creen las y los fanáticos, sino en los multimillonarios negocios que llegan con el título de campeón mundial.