‘Presupuesto para la U’
Si bien los títulos en sí mismos no son evidencia de excelencia, de todas maneras debiera revelarse la formación académica de los docentes de la UPEA, cuyos salarios y bonos representan una parte considerable del presupuesto.
En las últimas semanas, las ciudades de La Paz y El Alto fueron escenarios de protestas protagonizadas por estudiantes, docentes y personal administrativo de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), en demanda de un mayor presupuesto. Este pedido ha sido cuestionado por las autoridades y la ciudadanía en general por la forma en la que esa casa de estudios superiores maneja los recursos públicos que recibe.
Y es que el Gobierno ha difundido auditorías internas de la UPEA que ponen en evidencia un manejo deficiente de los recursos financieros en los últimos años. Quienes administran esa universidad no negaron estas denuncias. Al contrario, dijeron que ello demuestra la transparencia con la que actúan, porque sus mismas instancias fueron las que detectaron las irregularidades. Sin embargo, estos datos no hubieran salido a la luz de no ser por la crisis en la que hoy se encuentran.
Huelga recordar que la UPEA exige Bs 152 millones adicionales (el Gobierno les ha ofrecido Bs 70 millones). Esto a pesar que tienen en caja Bs 144 millones y Bs 220 millones en bancos; dinero que podrán utilizar una vez que certifiquen el número de estudiantes matriculados. Esta danza de millones genera incertidumbre entre propios y extraños respecto al manejo financiero de la UPEA, más aún tomando en cuenta que los directivos se escudan en la autonomía universitaria cuando se les pide que rindan cuentas.
Y para colmo de males, todavía no han terminado de regular sus trámites ante el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB), ni tampoco han actualizado sus estatutos acorde a los principios del sistema universitario. Además, las autoridades de la UPEA han dejado de ser tales, ya que aunque acuden a las negociaciones no tienen poder de decisión, pues éstas dependen de lo que se resuelva en las asambleas docente-estudiantiles.
Si bien los títulos en sí mismos no son evidencia de excelencia, de todas maneras debiera revelarse la formación académica de los docentes de la UPEA, cuyos salarios y bonos representan una parte considerable del presupuesto. Transparencia es lo que se exige y una posición más flexible de los dos bandos en conflicto; pero creo que ahora la pelota está en la cancha de la UPEA.
*es periodista de La Razón.