Chagas y el futuro del asaí
Promover buenas prácticas de higiene en la elaboración de la pulpa sigue siendo la mejor forma de prevención
En los últimos meses ha surgido un sobresalto ocasionado con la posible transmisión oral del Chagas por el consumo de frutos o pulpa de asaí. Esta forma de transmisión de la enfermedad es poco común y tiene diferentes tipos. Una de las formas en que ocurre es a través de la ingesta de frutos contaminados por excreciones de insectos que contienen el parásito. Otra forma se produce a través del consumo de carne de monte que no ha sido bien preparada y que proviene de animales infectados. La transmisión también puede ocurrir por la ingesta de frutos que han sido rociados con secreciones de marsupiales infectados. Es decir, que cuando hablamos de transmisión oral del Chagas nos referimos al menos a tres mecanismos en cierta forma relacionados pero distintos.
Mientras que con la transmisión vectorial (la forma más común y conocida de infección de esta enfermedad) los síntomas pueden ocurrir luego de 15-20 años, en la transmisión por vía oral el periodo de incubación oscila entre 3 y 22 días, produciendo fiebres, mialgias, vómitos y otros síntomas que pueden persistir entre cuatro y ocho semanas y dar pie a otras complicaciones.
Si esta forma de transmisión fuese común en la Amazonía boliviana, es plausible pensar que la ocurrencia de brotes de la enfermedad debería ser frecuente; lo cual, al parecer, no ha ocurrido. El único brote reportado de la enfermedad se dio en 2010 en Guayaramerín (Beni) con 16 casos que resultaron del consumo de los frutos de otra palmera, el majo.
Desde luego que la ausencia de brotes de la enfermedad no demuestra que esta forma de transmisión no esté ocurriendo. Es necesario realizar diagnósticos de infección del parásito en aquellas comunidades campesinas e indígenas donde el consumo tradicional de asaí y otras palmeras existe.
También se necesita realizar análisis de laboratorio orientados a la detección del rastros del parásito en los productos alimenticios elaborados con asaí (principalmente la pulpa). Promover y fortalecer buenas prácticas de higiene en la elaboración de la pulpa sigue siendo la principal actividad preventiva, junto con la aplicación del golpe de calor de 80˚C por 10 segundos sugerido por la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) como práctica para eliminar el parásito en el proceso de elaboración de la pulpa.
Aún no existe en Bolivia evidencia científica que demuestre que el consumo de frutos de asaí produce Chagas, lo cual implica actuar con responsabilidad y no causar pánico afectando al mercado interno que empieza a crecer. En este sentido, el trabajo conjunto entre científicos, productores y cosechadores de asaí será clave no solo para mejorar la calidad del producto, sino también para generar adecuadas medidas de prevención y control. El aprovechamiento de asaí se ha consolidado como una importante alternativa económica para la Amazonía, y nos ha obligado a reflexionar sobre la responsabilidad que implica desarrollar emprendimientos productivos directamente relacionados con la alimentación y la salud de las personas.