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Agenda chuta

El proceso de cambios del pueblo boliviano, del cual la mitad somos las mujeres, ha producido espacios muy valiosos para pensarnos y proyectar nuestras vidas hacia un Vivir bien. Sin embargo, realizar el proceso de cambios no es nada fácil. Tenemos que enfrentar nuestros propios demonios, y lidiar además con los demonios neoliberales vestidos de corderitos.

Un grupo de estos neoliberales se fue a refugiar en las universidades, y ya ven el desastre que hoy son las universidades públicas en Bolivia. Otro grupo de mujeres y hombres gato (siempre caen parados) está en los organismos internacionales y en la cooperación internacional. Por último, hay quienes mantienen sus ONG, con políticas colonialistas y clientelares.

Realmente nos falta mucho trabajo político que realizar; sin duda no vamos a meter en el mismo saco a todas la ONG. Solo quiero referirme a aquellas que, en su mediocridad e ineficiencia, usan los problemas típicos de un proceso de transiciones políticas para llevar agua a su molino y así triturar la dignidad, la creatividad y la autonomía organizativa del pueblo. Así proceden ONG que mantienen relaciones con el gobierno del hermano Evo. Ni qué decir de las ONG que descaradamente financian y usan los problemas sociales para conspirar no solo contra el Gobierno, sino también contra el mismo proceso de cambios revolucionarios.

Respecto a las ONG que son amables con el Gobierno, tengo el ejemplo de las que coordinan a las mujeres. Estas organizaciones han recibido millonarios fondos para tratar nuestras problemáticas, imponiendo agendas internacionales de las políticas de género, que no es otra cosa que el neoliberalismo controlando ideológicamente a las mujeres. Estas oenegeras no han tenido ningún problema en migrar y enmascarar los conceptos generados por las organizaciones sociales. Tampoco manifiestan ningún reparo en cooptar las agendas generadas por las tres cumbres de organizaciones sociales de mujeres, y presentarlas como si ellas las hubieran hecho para seguir captando fondos millonarios. ¿Por qué no rendirán cuentas, no?

Lo más jodido es que, tanto los marcos conceptuales como nuestras agendas están siendo despolitizadas, vaciadas de su contenido revolucionario, y convertidas en palabras huecas y acciones de maquillaje neoliberal reciclado. Así no cambian la situación ni la condición de las mujeres en Bolivia. ¡Que estas ONG rindan cuentas! Con tanto dinero desde los años 80 no han podido cambiar las cifras de la violencia hacia las mujeres; más bien hay una superficialización y un abuso de la Ley 348, para fines incluso de venganza personales, que las oenegeras aprovechan.

Como feministas comunitarias de Abya Yala creímos que la creación de la alianza de mujeres y la realización de las tres cumbres nos iban a proporcionar autonomía política y económica, para pararnos con dignidad ante las organizaciones no gubernamentales y reclamar lo que es de las organizaciones de mujeres; pero más bien vemos mujeres calladas ante una agenda chuta, que hasta las de derecha apoyan.