Icono del sitio La Razón

Guerra de guerrillas

Por el momento, el tiempo de las movilizaciones masivas de la oposición parece haber pasado. Llegó el momento de la guerra de guerrillas, pequeñas escaramuzas, golpes de mano, mucha bulla, pocas nueces. Así, los seguidores del 21 de febrero ahora lo más que pueden hacer es reunir a una decena de activistas que salen a las calles o visitan espacios públicos donde hay autoridades para gritar “Bolivia dijo No”. Estas acciones tienen repercusión en los medios, pero son casi anodinas, diríamos casi insignificantes, pues el tiempo electoral avanza inexorablemente.

El gran problema de la oposición no es lo que los une (que Evo Morales no sea candidato, ya que podría ganar las elecciones), sino lo que los separa: el candidato unificador. De ahí la estrategia de “no puede haber elecciones con Evo como candidato”. La verdad es que no pueden encontrar a alguien que se enfrente al actual Mandatario. Las encuestas son totalmente contrarias a Samuel Doria Medina y, sobre todo, a Rubén Costas (perdió un tercio de sus posibles votos debido al bullado caso de las mochilas y sus consiguiente mochileros; victimizar al alcalde José María Leyes fue una apuesta que descubre que de política se sabe poco). Y Carlos Mesa sabe que si se presenta de candidato, la historia puede repetirse: ser de nuevo prisionero del Palacio de Gobierno sin una bancada a su favor, con los sectores sociales en contra y en combate permanente como en su gobierno. Además, él es un hombre inteligente, se expondría a múltiples extorsiones por grupos de poder (todavía estoy escuchando a la élite cruceña gritando “fuera Mesa”).

A estas alturas del camino, es iluso pensar que Evo Morales y Álvaro García Linera no se presentarán a las elecciones. Lo sensato sería que la oposición intente tener una bancada más grande de la que tiene, arrebatándole los dos tercios al Movimiento Al Socialismo (MAS). Eso es lo posible y lo que más convendría a Carlos Mesa, pues si el masismo no tiene los dos tercios, no podría condenar al experiodista y éste podría dedicarse al área en la que es imbatible: la investigación histórica.

Pero claro, estamos hablando de políticos y de apetitos personales. No descarto que haya un grupo que incluso cuando Evo sea habilitado por el Órgano Electoral decida no asistir a los comicios. Y ese sería el mejor panorama para el MAS, pues podría volver a asegurar los dos tercios y tendría a Evo otros cinco años en la silla presidencial.

¿Acaso no vieron lo que pasó en Venezuela? Muchas marchas, decenas de miles que no participaron, pero a la hora de los hechos qué hubo, Nicolás Maduro está gobernando. Ojalá hubiera a la venta pastillas de “ubicatex”, juro que haría una vaquita para comprar varias dosis para los opositores.