En estos días concluyó una nueva versión de la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Con motivo de este acontecimiento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprovechó para recordar la importancia de practicar la lactancia materna de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Pues, como resaltan diversos estudios, esta práctica proporciona al recién nacido todos los nutrientes que necesita para su crecimiento y su salud. Y una vez finalizado este periodo, resulta indispensable complementar la leche materna con el consumo de otros alimentos hasta los dos años.
En cuanto al calostro, la leche amarillenta y espesa que se produce al final del embarazo, la OMS subraya que es el alimento perfecto para el recién nacido, y que su administración debe comenzar en la primera hora de vida. Pues este alimento, aunque pudiera parecer escaso, es suficiente para el bebé en esa etapa.
Asimismo, no sobra recordar que además de ser el método de alimentación infantil más seguro y saludable, también es el menos costoso, siempre está listo, no requiere preparación ni combustible, no demanda tiempo para su preparación ni esterilización y ahorra agua. Y a todo lo anterior cabe añadir sus virtudes ecológicas, pues evita la contaminación del medio ambiente. En resumidas cuentas, son muchas las bondades de la lactancia materna como para no promover su práctica en todos los rincones del país, a tiempo y a destiempo.