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‘Social justice warrior’

Con el término Social justice warrior, que se puede traducir como Defensor de la justicia social, se define a aquellas personas que defienden posiciones socialmente progresistas, usualmente de izquierda y políticamente correctas. Estas causas pueden ir desde el feminismo, derechos de los animales, derechos civiles, defensa de identidades sexuales, entre otros. Todo bien hasta ahí, el problema radica en dos aspectos. El primero es que quienes defienden estas causas pueden caer fácilmente en la violencia, y por tanto, insultar, hacer mofa, amenazar a personas que expresan opiniones diferentes y convocar a otros usuarios a ejercer violencia en turba.

El segundo aspecto se refiere a que no lo hacen por genuino convencimiento, sino por ser políticamente correctos. Esto fortalece su postura de ser violentos para mostrar con énfasis lo convencidos que están en la defensa de sus causas. Pueden juzgar a los otros con una vara muy severa, mientras el autojuicio es muy benevolente y lleno de excusas.

Por su tendencia a ser violentos y porque no entienden a fondo las causas que defienden, sus posiciones, opiniones y acciones tienden a ser acríticas y fáciles de manipular. Suelen ser personas defraudadas socialmente, con problemas de adaptabilidad, con algún desajuste social; es decir, cualquiera de nosotros. Lo que se logra con esto es un ciberlinchamiento de vez en cuando que hace sentir triunfantes a los defensores, y le arruina la vida a alguien de vez en cuando. Son dinámicas maliciosas.

Cuenta Dross, un youtuber argentino de varios años, el caso de James Gunn, director de Guardianes de la Galaxia. Un personaje alt-right decidió vengarse de Gunn y comenzó a buscar cualquier material que lo incrimine en cualquier aspecto políticamente incorrecto; y encontró y publicó tuits en los que hacía bromas con contenido contundentemente pedófilo. Con esto despertó la furia de defensores de justicia social que no descansaron hasta que Marvel despidió a Gunn de un cuajo. Vamos a ver, considero que es malo que alguien tuitee algo políticamente incorrecto, pero a la vez, creo que es excesivo que lo boten de su trabajo. En Bolivia vimos varios casos de ciberlinchamientos; el caso de Rilda Paco es uno de los más recientes. Desde un punto de vista, Rilda fue en contra de una norma social, pero ¿era necesario que la amenacen de muerte y violación, a ella y sus seres cercanos? ¿Se hacía justicia de esa forma?

No solo las empresas y los gobiernos están dañando los espacios digitales comunes al espiar masivamente nuestras vidas; nosotros y nosotras también lo estamos haciendo al ser parte de ciberturbas violentas en busca de víctimas o cuando miramos estos fenómenos sin decir algo al respecto.