Feminismo colonial
Nuestro principal objetivo es terminar con el patriarcado, que es el sistema de todas las opresiones.

Durante la Edad Media, en esa Europa que invadió colonialmente nuestros cuerpos y nuestros territorios, las mujeres que eran inteligentes, que sabían leer y escribir, tenían que decir que eran ignorantes, tontas, frágiles. Algo muy diferente de lo que podemos percibir en la vida de las mujeres de nuestros territorios, las cuales, en aquella misma época, según deducimos de las crónicas, tenían un lugar de relevancia en las sociedades aymaras, quechuas y de nuestros pueblos originarios. Nuestras abuelas manejaban la salud y la enfermedad de sus cuerpos, y por supuesto eran ellas las que decidían cuándo y con quién ser madres.
El Feminismo Comunitario de Abya Yala, que surge en 2006 en el proceso de cambio que lleva adelante el pueblo organizado de Bolivia, nace desde nuestros cuerpos y nuestras culturas, recogiendo las discusiones actuales y contemporáneas sobre nuestros cuerpos, las políticas públicas, nuestra organización, etc. El Feminismo Comunitario parte del concepto constitucional de que las mujeres somos la mitad de todo, de cada pueblo, de cada problema, de cada sector…
Este feminismo no se construye en oposición a los hombres, a quienes consideramos hermanos. Y sin dejar de denunciar y luchar contra la violencia y el machismo de nuestros hermanos, nuestro principal objetivo es terminar con el patriarcado, que es el sistema de todas las opresiones. Luchamos contra el patriarcado porque es colonial, esclavista, capitalista, imperialista, neoliberal. Este sistema oprime a toda la humanidad y a la naturaleza.
Entonces, el Feminismo Comunitario es peligroso para el sistema, porque no es un feminismo funcional a las líneas políticas del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional, del imperialismo yanqui, de la cooperación internacional colonialista. Es un feminismo útil a la lucha de los pueblos, y por eso desde el propio patriarcado y sus feministas funcionales nos atacan. Primero pretendiendo reducirnos y encajarnos dentro de sus estudios de descolonización en las academias, para seguir haciendo de nosotras objetos de discurso y estudio. Nos atacan desde dentro de nuestro movimiento y desde afuera, socavando la confianza y la simpatía que las organizaciones de los pueblos tienen por este Feminismo Comunitario, que está hermanado con las luchas de liberación. Nos atacan creando desconfianza, duda, para pretender romper alianzas, coordinaciones. Pero a pesar de todo su poder y su dinero, no lo logran ni lo lograran.
Este feminismo colonial, colonizador y colonialista actúa desde las ONG, desde los partidos de derecha y hoy también desde llamadas plataformas ciudadanas, que son plataformas del patriarcado, decoradas con un discurso feminista que previamente fue vaciado de contenido y despolitizado. Celebramos las movilizaciones de hermanas jóvenes que no tienen vergüenza de llamarse feministas. Sin embargo, las convocamos a informarse y dejar de ser carne de cañón de la derecha moralista y patriarcal.
Es feminista comunitaria.